mercredi 16 juillet 2025

SUPERMAN CONTRA PINOCHET

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La visita de Christopher Reeve a Chile en 1987 / Superman contra Pinochet / “A contar de esta fecha: 30 de octubre de 1987, los siguientes testaferros del marxismo internacional tienen un mes de plazo para hacer abandono del país”. La carta firmada por el Comando 135-Acción Pacificado Trizano tenía como destinatarios un grupo de 78 actores chilenos. No era una simple amenaza. En especial en el Chile dictatorial de Pinochet.

Por Manuel Barrientos

COMANDO "135" -ÁREA CULTURAL
ACCIÓN PACIFICADORA "TRIZANO"

La hoja contenía una mancha roja y calificaba a los intérpretes como “basura comunista”. También se veía el dibujo del rostro de un hombre amordazado con la mira de un arma apuntando justo entre sus ojos. El nombre del comando hacía referencia a Hernán Trizano, un exmilitar que había encabezado el plan de colonización y exterminio del pueblo mapuche a fines del siglo XIX en la Patagonia trasandina.

FÁBULA

► À penser en dessin : FENÊTRE SUR COUR

Pese al temor, se reunieron en el Sindicato de Actores y Actrices de Chile (Sidarte) y decidieron no ceder ante las amenazas. Era fundamental conseguir respaldo internacional. La noticia se difundió con urgencia y varios gremios de artistas de diferentes partes del mundo ofrecieron su respaldo. Pero no eran muchos los que se animaban a viajar a Santiago.

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El novelista y dramaturgo chileno Ariel Dorfman se había exiliado en Estados Unidos luego del golpe de Estado contra Salvador Allende en septiembre de 1973. Estaba radicado en Durham, Carolina del Norte, y escribía para The New York Times. En ese diario, publicó un artículo denunciando las amenazas contra los artistas. Pero sintió que debía hacer algo más. La secretaria del Sidarte, María Elena Duvauchelle, le había contado que planeaban realizar una manifestación pública para el 30 de noviembre y que necesitaban sumar respaldo de figuras de relevancia global.

En sus ensayos de los años setenta, Dorfman había denunciado a los superhéroes por su carácter maniqueo, desmovilizador, poco democrático. Pero cuando le pidieron que consiguiera una estrella de Hollywood que viajase a Chile, no dudó en recurrir justamente a Superman, como contó en este diario en 2004. No era fácil contactarlo, pero Lois Laine o, para ser más precisos, Margot Kidder, la actriz que la había interpretado en el cine, hizo de puente con el Hombre de Acero.

Christopher Reeve llamó a Dorfman y le hizo dos preguntas concretas. La primera: si su vida corría peligro en caso de viajar a Chile. La segunda: de qué modo su visita podría ayudar a los artistas chilenos. El autor de Para leer al Pato Donald reconoció que no podía garantizar su seguridad. También le dijo que si iba, podía salvarles la vida a los artistas amenazados. Tres o cuatro segundos pasaron hasta que el actor confirmó el viaje.

Graduado de la Universidad de Cornell y con estudios en la prestigiosa Juilliard School, Reeve había actuado en obras de Broadway, pero era casi un desconocido por el gran público hasta su protagónico en Superman en 1978, que fue un boom en las boleterías de todo el mundo. Luego vinieron las secuelas en 1980, 1983 y 1987.

A fines de noviembre de ese año, Reeve llegó a Santiago con solo un equipaje de mano y la compañía de Angélica Malinarich, la esposa de Dorfman. La seguridad personal estaba a cargo de un grupo reducido de actores chilenos. Entre ellos, Jaime Celedón, en cuya casa se hospedó. Uno de los hijos del artista, Matías, tenía sólo seis años. Para él, Superman era más que un personaje cinematográfico. Lo dibujaba por todos lados, copiaba su disfraz, se ponía gel para hacerse el rulito sobre la frente. Y, de golpe, el Hombre de Acero estaba en su hogar. Orgulloso, lo contó en la escuela. Y decenas de niños se acercaron hasta su casa para ver a Reeve.

Pese a que las autoridades de la dictadura los hostigaban y habían prohibido el acto, Reeve se presentó ante sus colegas en el Gimnasio Nataniel el 30 de noviembre de 1987, precisamente el día en que se cumplía el ultimátum del Comando 135. "Estoy aquí de actor a actor, de trabajador a trabajador, de amigo a amigo", declaró en el escenario, con Malinarich como traductora.

En una entrevista con la Televisión Chilena concedida en los noventa, Reeve recordó su visita: “Era un tiempo muy peligroso porque Pinochet era un dictador que todavía estaba en el poder. Existía una amenaza de que iban a ejecutar a 77 actores de teatro en Santiago antes del 30 de noviembre. Era realmente inaceptable. Vinimos a mostrar nuestro apoyo y nuestra solidaridad”. También saltó a su memoria la tapa de un diario con una foto suya caracterizado como el superhéroe sujetando a Pinochet por el cuello. Y pedía que se llevase al dictador al espacio exterior. Los artistas amenazados reconocieron que su visita les ayudó a "echar la mochila del miedo para atrás".

Reeve también participó en la campaña del No para el plebiscito de 1988. "Recuerde que el voto es secreto y el futuro del país está en sus manos", decía en un spot televisivo. En 1995, Reeve cayó de un caballo y quedó tetrapléjico. Se convirtió en una figura del activismo por los derechos de las personas con discapacidad.

Los chilenos no olvidaron su gesto. En enero de 2004, lo condecoraron con la Orden Bernardo O'Higgins por su apoyo en la recuperación de la democracia y la lucha por los derechos humanos. Reeve falleció nueve meses después. En un giro irónico, Pinochet murió el 10 de diciembre de 2006, justo el Día Mundial de los Derechos Humanos.

Ahora una nueva versión de Superman llega a las salas. Es una oportunidad para recordar a aquel actor que, ante el llamado de sus colegas, no dudó en volar hacia Chile para sumarse a la resistencia contra una de las dictaduras más sangrientas del siglo XX.

GENERAL, ¿LE IMPORTARÍA SALIR?

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mardi 8 juillet 2025

CHILE / UN DÍA DE GLORIA / A 80 AÑOS DEL INGRESO DE PABLO NERUDA EN EL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE

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CONGRESO DE PARTIDO COMUNISTA DE CHILE (PCCh), AL CUAL ASISTEN
SALVADOR ALLENDE, LUIS CORVALÁN, PABLO NERUDA  Y OTROS DIRIGENTES.
PHOTO BIBLIOTECA DEL CONGRESO NACIONAL DE CHILE

  1945 - 8 de Julio - 2025

Los que pusimos el alma en la piedra,

en el hierro, en la dura disciplina,

allí vivimos solo por amor

y ya se sabe que no nos desangramos

cuando la estrella fue tergiversada

por la luna sombría del eclipse…

Pablo Neruda, “Los comunistas”, Memorial de Isla Negra

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Mundo obrero

Chile / Un día de gloria / A 80 años del ingreso de Pablo Neruda en el Partido Comunista de Chile /El domingo 8 de julio de 1945, Pablo Neruda y otras personalidades, como el científico Alejandro Lipschutz, el director de la Orquesta Sinfónica de Santiago, Armando Carvajal, la cantante Blanca Hauser, el poeta Juvencio Valle, la poetisa Olga Acevedo, el escritor Nicomedes Guzmán, el director de teatro Pedro de la Barra y la profesora María Marchant ingresaron en el Partido Comunista, en un acto celebrado en el teatro Caupolicán, con la asistencia de miles de personas, que clausuró la XVI Sesión Plenaria de su Comité Central.

Mario Amorós (*) · 08/07/2025 · Cultura y Comunicación

POETA CHILENO PABLO NERUDA EN
MILÁN,  23 DE OCTUBRE DE 1960,
 EN EL CIRCOLO DELLA STAMPA

Tras la rendición de la Alemania nazi en mayo y en las semanas finales de la guerra en Asia, grandes retratos de Stalin, Churchill y Truman vestían el inmenso recinto y al fondo del proscenio había un gran cuadro de Luis Emilio Recabarren con la leyenda: “Por la grandeza de Chile”. En el discurso que pronunció en representación de los nuevos militantes, Neruda, quien en marzo había sido elegido senador por el Norte Grande junto con Elías Lafertte y en mayo había recibido el Premio Nacional de Literatura, recordó que una noche otoñal de 1936 en Madrid, en las primeras semanas de la guerra civil, caminaba con Delia del Carril y se encontraron con una patrulla de milicianos comunistas, que les guiaron con sus linternas para que pudieran continuar el camino. “Desde entonces para mí, en la tempestad del mundo que con aquella oscuridad comenzara en España, he buscado la luz de las patrullas comunistas en toda la vasta tierra. El Partido Comunista es esa luz en las tinieblas, que vigila, que rectifica, que dirige y que combate”.

EL «WINNIPEG» BAJO LA BANDERA DE LA
« COMPAGNIE FRANCE NAVIGATION», ANTES
DE ZARPAR HACIA LA COSTA CHILENA

Fue en España, a donde llegó como diplomático a fines de mayo de 1934, donde asumió su compromiso político. En junio de 1935, participó en París en el I Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, organizado por los principales intelectuales franceses. Fue su primera aproximación al movimiento comunista internacional. La sublevación militar contra el Gobierno de la II República Española, el asesinato de su hermano Federico García Lorca y la heroica resistencia del pueblo español contra la embestida fascista señaló al poeta cuál era su trinchera. Su solidaridad con la República Española inspiró España en el corazón, que representó el ingreso del compromiso político en su poesía, y alcanzó su cima luminosa en 1939, con la expedición del Winnipeg.

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Desde agosto de 1940 a agosto de 1943, se desempeñó como Cónsul General en México. El 23 de noviembre de 1941 El Siglo publicó un discurso que pronunció en aquel país con un título muy gráfico en aquellos momentos, tras la invasión de la Unión Soviética por la Alemania nazi: “Miro a las puertas de Leningrado como miré a las puertas de Madrid”. El 30 de septiembre de 1942, en un acto de apoyo a la URSS celebrado en el Teatro del Sindicato de Electricistas, leyó por primera vez su “Canto a Stalingrado” y el 29 de enero de 1943, en otro evento similar, su “Nuevo canto de amor a Stalingrado”.

En su discurso en el Teatro Caupolicán el 8 de julio de 1945, mencionó a otros escritores comunistas, como Jorge Amado, Nicolás Guillén, Louis Aragon, Iliá Ehrenburg, Rafael Alberti o Raúl González Tuñón, y citó las palabras escritas por Pablo Picasso, unos meses antes, al ingresar en el Partido Comunista Francés. “Tenía razón Picasso. Puedo decir que estoy entre mis hermanos. Y hay otros hermanos innumerables a quienes saludo hoy con voz profunda de ternura y de sinceridad. Son los militantes obreros del Partido, hermanos de las fábricas y de los oficios, de la pampa y del mar, aguerridos y vibrantes soldados del porvenir de la patria”, señaló, en un discurso del que solo se han conservado los fragmentos que al día siguiente publicó El Siglo. “Espero daros más de lo que he heredado, espero daros cuanto tengo, mi vida y mi poesía”. 

Cumplió su palabra. El poeta fue leal a aquel compromiso a lo largo de toda su vida. En noviembre de 1947 publicó en el diario venezolano El Nacional el extenso artículo que denunció al mundo la traición de González Videla y la persecución de su Partido, argumentos que reiteró en enero de 1948 en su célebre discurso “Yo acuso”. Desaforado por la justicia a petición del Ejecutivo, vivió un año clandestino, salió a Argentina a través de la cordillera y reapareció ante el mundo en París, el 25 de abril de 1949, durante el primer Congreso Mundial de Partidarios de la Paz. Allí recibió el abrazo de la humanidad más avanzada: Charles Chaplin, Pablo Picasso, Paul Éluard, Iliá Ehrenburg, Diego Rivera, Lázaro Cárdenas, Jorge Amado, Howard Fast… Un año después, en abril de 1950, ahora hace 75 años, apareció la edición príncipe de su obra más cimera: Canto general. Con la dirección de Américo Zorrilla, su Partido realizó, en la clandestinidad, la primera edición chilena de este libro.

Desde entonces, Neruda viajó por el mundo como uno de los grandes intelectuales comunistas: la URSS, China, los países socialistas, Italia, Francia, México, Cuba y, ya en los años 60, incluso Inglaterra, donde fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Oxford, y Estados Unidos. El 30 de septiembre de 1969 el Comité Central del PCCh lo eligió como candidato presidencial y desde entonces recorrió Chile para contribuir a construir la Unidad Popular. El 22 enero de 1970 fue el primero en firmar en el libro de adhesiones a la cuarta candidatura de Salvador Allende, su “porfiadísimo compañero”, que en 1971 le designaría embajador en Francia.      

El 13 de diciembre de 1971, tres días después de recoger el Premio Nobel, en su inolvidable Discurso de Estocolmo proclamó ante el mundo que había llegado hasta allí “con mi poesía y también con mi bandera”. Y expresó su fe en la profecía formulada un siglo antes por Arthur Rimbaud: “Solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres…”.

(*) Mario Amorós. Doctor en Historia y periodista. Su último libro es «Gladys Marín. Una vida revolucionaria» (Ediciones B, 2025).


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CHILE / TRIUNFO DEL PCCh Y OPORTUNIDAD EN UN ESCENARIO ELECTORAL ADVERSO

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AFICHE PROMOCIONAL
DE JEANNETTE JARA

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Chile: triunfo del PCCh y oportunidad en un escenario electoral adverso / Jeannette Jara arrasó en todo el país, desplazando a la ex Concertación y al Frente Amplio. Si llegara a triunfar en las presidenciales de noviembre, sería un hito que iría a contramano del clima político que domina hoy América Latina.

Karina Nohales y Javiera Manzi

SEGUIMOS AVANZANDO CON PASO
FIRME JUNTO A NUESTRA COMPAÑERA
JEANNETTE JARA  / BRP.CHILE /

El domingo 29 de junio se realizaron en Chile las primarias para la elección presidencial que se vota en noviembre de este año. Fue una primaria de la coalición de gobierno donde participaron únicamente los partidos oficialistas, dado que la derecha no llegó a acuerdo para concurrir conjuntamente ni para inscribirse como pacto. Este es un hecho crucial: es la primera vez que participa un solo bloque político en las primarias presidenciales desde que se instauró el sistema de elecciones primarias en 2012.

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Jeannette Jara Román, candidata del Partido Comunista (PCCh) y ex ministra del Trabajo del gobierno de Boric, se impuso con el 60% de los votos —unos 825 mil— ganando en todas las regiones del país. El aplastante porcentaje obtenido por Jara contrasta con el escaso 28% (385.379 votos) obtenido por Carolina Tohá —ex ministra del Interior y Seguridad Pública del actual gobierno— y candidata de la alianza Socialismo Democrático conformada por el Partido por la Democracia y el Partido Socialista. La derrota de Tohá, quien de acuerdo a las encuestas partió la carrera como favorita, viene a refrendar el ya asentado camino de retroceso electoral del llamado centro político, encarnado por los partidos de la ex Concertación.

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Por su parte, Gonzalo Winter, diputado y militante del Frente Amplio —el partido del presidente Boric—, obtuvo apenas un 9% de los votos. El partido de gobierno llegó a la antesala de las primarias sin una candidatura propia, tras haber apostado hasta último minuto por una eventual postulación de Michelle Bachelet (PS), opción que fue finalmente descartada por la ex presidenta. Luego de una sucesión de declinaciones por parte de otras figuras del Frente Amplio, el conglomerado terminó por impulsar al diputado Winter —quien también había rechazado inicialmente ser candidato— a asumir la tarea. Con más de 60 mil militantes, la candidatura del partido presidencial alcanzó apenas 123.829 votos en esta primaria, lo que constituye una derrota clara para ese sector del oficialismo. Finalmente, Jaime Mulet, diputado de la Federación Regionalista Verde Social y ex militante democratacristiano obtuvo un predecible cuarto y último lugar con el 2,7% de los votos (37.659).

Con este resultado, de manera inédita, el Partido Comunista de Chile —casi ausente del sistema político hasta hace poco más de diez años— pasa a encabezar la coalición de centroizquierda, desplazando tanto a los partidos que tradicionalmente ejercieron ese liderazgo como a quienes lo han liderado recientemente.

Es la tercera candidatura presidencial del PCCh que llega a la papeleta. La primera fue Pablo Neruda en 1969. La segunda fue Gladys Marín en 1999, cuarenta años después. Si bien Chile ha contado con numerosos gobiernos donde el Partido Comunista ha sido parte de la coalición oficialista (incluyendo la Unidad Popular), no ha llegado a tener, hasta ahora, una presidencia propia.

Dato mata relato: (no tan) baja participación general y ampliación del apoyo al PC

Un primer análisis del resultado electoral nos lleva inmediatamente a la baja participación en las primarias.

A diferencia de 2021, cuando el voto era voluntario tanto en la primaria como en la primera vuelta, este año la primaria sigue siendo voluntaria, mientras que la primera vuelta será obligatoria. Esto implica que los votos de la primaria se diluirán en un electorado mucho más amplio, lo que reduce significativamente su peso relativo.

Este domingo porcentaje de votación alcanzó un 9,1% (1.420.435) del padrón total de electores (15.499.071), lo que supone una considerable disminución del porcentaje de participación en las primarias anteriores donde votó un 21,4% del padrón electoral en la suma de la votación de los pactos de izquierda y derecha.

Si se afina la comparación y se considera solo la participación en las últimas primarias del bloque de izquierda y centroizquierda (2021), la disminución resulta menos abrupta: entonces votó el 11,9% del padrón (1.752.922 personas). A pesar de ello, la mayoría de los medios de comunicación y analistas locales insisten en señalar la baja participación como el dato político más relevante de estas elecciones.

En las primarias presidenciales de la coalición Apruebo Dignidad de 2021, Gabriel Boric (FA) compitió contra el entonces alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), imponiéndose con más del 60% de las preferencias. En las primarias de la derecha, el ganador fue Sebastián Sichel, el ex democratacristiano y candidato del piñerismo, quien luego obtuvo apenas el quinto lugar en la primera vuelta presidencial. En esa misma elección, el ultraderechista José Antonio Kast emergió como el favorito del sector.

Este antecedente explica la reticencia del Partido Republicano (Kast) y del Partido Nacional Libertario (Kaiser) a participar en primarias con la candidata Evelyn Matthei, representante de una derecha tradicional cuyo desplome electoral no ha hecho más que acentuarse.

A pesar de una campaña marcada por referencias persistentes a la Guerra Fría, la amplia victoria de Jeannette Jara sobre Carolina Tohá, en cada una de las regiones del país, evidencia el fracaso al menos parcial de esa narrativa del miedo.

En la Región Metropolitana, donde se concentra el 40% del padrón electoral, la preferencia por Jara fue especialmente nítida en las comunas populares. Destacan los resultados en Lo Espejo (74%), Conchalí (72%), La Pintana (71%), Puente Alto (69%), San Ramón (69%) y Pudahuel (68%) donde contó con el apoyo explícito de alcaldes de izquierda e independientes. Entre ellos sobresale la figura de Matías Toledo, independiente de izquierda y actual alcalde de Puente Alto, quien tras su contundente triunfo en las últimas elecciones municipales se ha posicionado como un referente del sector. Toledo expresó su respaldo a Jara afirmando: «Nuestro corazón y nuestro sitio político está con ella.»

En contraste, y contra el pronóstico del inicio de la campaña que anunciaba una holgada mayoría, la candidatura de Tohá sólo logró imponerse en las cinco comunas más ricas de Santiago (Vitacura, Las Condes, Providencia, La Reina y Lo Barnechea).

«De Conchalí a La Moneda» ¿Qué hizo Jeanette Jara Román para ganar?

Cercana, sonriente y clara, la campaña de Jeannette Jara se sostuvo principalmente en la adhesión y el entusiasmo que concitó su figura y trayectoria, con un marcado énfasis en su historia personal como mujer de clase trabajadora nacida en la histórica población El Cortijo de Conchalí, lo que contrastó significativamente con el perfil del resto de los candidatos.

Pero no solo se trató de su origen. Su extenso recorrido político —que comenzó en los años noventa como dirigenta estudiantil en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago— incluye también su labor como dirigenta sindical, Subsecretaria de Previsión Social durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, y Ministra del Trabajo en la administración de Gabriel Boric.

El despliegue territorial sostenido por militantes y voluntarios dio un salto cualitativo gracias al impulso que generó su campaña en redes sociales, especialmente orientada a disputar el voto juvenil frente a Gonzalo Winter. Con referencias a la cultura kawaii, trends de TikTok, una franja televisiva marcada por mensajes simples y la ausencia de grandes figuras, su campaña proyectó la imagen de una candidata diferente a los registros tradicionales de la izquierda chilena.

La viralización de sus contenidos no fue sólo simbólica, y demostró su alcance real en las últimas semanas, con largas filas de estudiantes en actos públicos convocados con apenas un día de anticipación en universidades como la Católica o la Alberto Hurtado. Un entusiasmo inédito que incorporó un componente emocional, coherente con el semblante y el tono de una candidata que evitó en todo momento caer en descalificaciones, polémicas o respuestas hostiles, incluso frente a las constantes interpelaciones de otras candidaturas sobre su idoneidad para enfrentar la extrema derecha por su militancia en el Partido Comunista.

En su rol como ministra del Trabajo, Jara representó la eficacia en la gestión gubernamental. En un escenario de minoría parlamentaria, logró concretar dos de los principales compromisos programáticos del gobierno: la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales y la reforma al sistema de pensiones. Durante la campaña, su «caballito de batalla» fue destacar precisamente esta capacidad de gestión, en particular su habilidad para dialogar con el empresariado y la oposición, actores clave en la negociación de ambas reformas.

Sin embargo, como contraparte estas conquistas tuvieron un costo que ha sido objeto de amplias críticas por parte del mundo sindical y social. En el caso de la jornada laboral, el acuerdo implicó la incorporación de mecanismos de flexibilización impulsados por el empresariado. En el caso de la reforma previsional, la promesa de mejorar los montos de jubilación se erige no sólo en mantener el actual sistema privado de pensiones, sino en aumentar casi en un 50% la capitalización de las aseguradoras a las que el programa del gobierno y el mismo PCCh prometieron poner fin.

Ello contribuye a explicar, en parte, las tensiones que ha enfrentado la candidatura de Jara dentro de su propio partido. Lejos del favoritismo de la dirección histórica del PCCh —abiertamente inclinada a respaldar el liderazgo de un judicializado Daniel Jadue— esta distancia ha terminado por reforzar más que debilitar, el alcance de su campaña, ampliando sus márgenes de apoyo más allá de la orgánica partidaria.

Jara ha sabido capitalizar esta posición. Frente a temas controvertidos, como las insistentes preguntas de la prensa hegemónica sobre la situación de los derechos humanos en Cuba y Venezuela, no ha dudado en remarcar que, más allá de las posturas del Partido Comunista, será ella —como eventual Jefa de Estado— quien fijará la línea de la política exterior de Chile. En su discurso de triunfo declaró: «No quiero a Chile subordinado a gobiernos extranjeros ni modelos externos, por eso mantendré una política internacional basada en la independencia y el multilateralismo, defensora de los derechos humanos en cualquier lugar del mundo donde se violen».

En relación a su programa, entre las principales medidas propuestas destacan iniciativas orientadas al fortalecimiento del Estado social, la redistribución y los derechos sociales. En materia económica, propone impulsar la demanda interna mediante el aumento del salario mínimo, la creación de empleo y el fortalecimiento de la negociación colectiva.

En seguridad pública, plantea reforzar las actuales policías (Carabineros y Policía de Investigaciones), perseguir las rutas del dinero del narcotráfico y levantar el secreto bancario para facilitar dicha tarea. En salud, defiende el fortalecimiento del sistema público, con énfasis en la reducción de los tiempos de espera y aclarando que no se busca reemplazar al sector privado, sino fortalecer la oferta estatal. En pensiones, propone el término de las AFP y la consolidación de un Seguro Social solidario de carácter público.

En materia de género, el programa incluye acceso garantizado a la salud sexual y reproductiva —incluyendo el aborto sin causales—, la implementación de Educación Sexual Integral (ESI) y la paridad en todos los niveles de representación. En el plano de la redistribución, contempla la creación de un impuesto a los súper ricos, la remuneración del trabajo reproductivo y de cuidados, y la regulación estatal de los servicios básicos para garantizar tarifas justas, subsidios diferenciados para los sectores más vulnerables y evaluar la creación o fortalecimiento de empresas públicas en áreas estratégicas.

UN VERDADERO TRIUNVIRATO DE «PATRIOTAS ALEMANES»
 CONFORMADO POR EVELYN MATTHEI,
JOSÉ ANTONIO KAST Y JOHANNES KAISER.
 IMAGEN GENERADA POR IA

Mayoría fragmentada de las derechas

Jara será quien enfrente a la derecha en la primera vuelta presidencial de noviembre. De acuerdo con las encuestas, la intención mayoritaria del voto en Chile se concentra actualmente en las tres principales candidaturas de la derecha: un verdadero triunvirato de «patriotas alemanes» conformado por Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser.

Evelyn Matthei, militante de la Unión Demócrata Independiente —partido heredero de la doctrina de los Chicago Boys— y candidata de la coalición del ex presidente Piñera Chile Vamos, ha sido diputada, senadora, ministra, alcaldesa y candidata presidencial. Hija del general de la Fuerza Aérea Fernando Matthei, miembro de la junta militar que gobernó Chile durante la dictadura de Pinochet, encarna a la llamada «derecha tradicional». En el actual escenario electoral, comenzó liderando las encuestas, pero su candidatura ha sufrido un progresivo y sostenido desfonde.

Por su parte, José Antonio Kast, abanderado del ultraderechista Partido Republicano, ha crecido de forma sostenida y hoy encabeza las encuestas como favorito para pasar a la segunda vuelta. El denominado «nazi de Paine» —en referencia al sector rural donde se asentó su familia de origen alemán y cómplice civil de los crímenes perpetrados por la dictadura contra los campesinos— fue 2021 el candidato más votado en la primera vuelta , imponiéndose mayoritariamente en 11 de las 16 regiones del país. Sin embargo, la movilización del voto popular en la segunda vuelta logró revertir el resultado en favor del actual presidente Gabriel Boric.

Una tercera candidatura, también de extrema derecha, es la del diputado Johannes Kaiser, proveniente de una familia de colonos alemanes. Tras romper con el partido de Kast, fundó su propia tienda política, el Partido Nacional Libertario. En un estilo abiertamente alineado con figuras como Trump y Milei —ha cuestionado el derecho al voto femenino y sugerido condecorar a hombres que violan a mujeres «feas»—, Kaiser busca encarnar el fenómeno de irrupción en el establishment con un discurso radicalizado y provocador. El registro de Kaiser en las encuestas ha sido inestable: tras un alza significativa hace un tiempo, su apoyo parece estar marcando a la baja. Su principal efecto político, sin embargo, ha consistido en desplazar a Kast desde el extremo donde se ubicaba en la presidencial pasada, dotándolo de una apariencia de moderación.

La disputa por la hegemonía de la derecha, hoy abierta, impidió que este sector alcanzara un acuerdo para participar de las primarias oficiales. Todo indica que será la primera vuelta presidencial la que, de facto, opere como una primaria para dirimir sus liderazgos. Si bien no cabe descartar de antemano las variables posibles, si todo sigue de acuerdo a la foto de hoy ese liderazgo debería ser José Antonio Kast.

De la primaria al gobierno: la larga marcha de Jara

El desafío para la candidatura de Jeannette Jara es mayúsculo en varios niveles. El primero y más relevante es transformar los 825.835 votos de la primaria en los 7 millones que se necesitarán para imponerse en la segunda vuelta presidencial, que por primera vez desde 2012 se realizará con voto obligatorio, una modalidad que, según todas las tendencias, ha favorecido a la derecha. Según la última encuesta de CADEM, en un eventual segundo turno entre Jara y Kast, el candidato republicano obtendría un 50%, mientras que la postulante comunista alcanzaría un 30%. Un 20% de las personas encuestadas manifestó no tener una preferencia definida.

Para ello, el segundo gran desafío será convocar al amplio campo social y popular que hizo posible el triunfo de Boric. El escenario, sin embargo, parece hoy más difícil que entonces. En la presidencial de 2021 el voto era voluntario, el primer proceso constituyente seguía abierto y una parte importante del electorado que se sumó en la segunda vuelta lo hizo con la expectativa de asegurar su éxito. La derrota de ese proceso tuvo un efecto desmoralizador sobre el movimiento social organizado, a lo que se sumó un rápido giro conservador del gobierno, que reforzó su alianza con los partidos tradicionales del «progresismo neoliberal» y profundizó la renuncia programática del Frente Amplio. Como consecuencia, este sector terminó impulsando profundas capitulaciones en materias sensibles y clave, como pensiones, salud, educación y medioambiente. Todo ello contribuyó a un mayor desencanto entre los mismos sectores que definieron la segunda vuelta pasada y que, hoy, deberán ser nuevamente convocados para movilizar el voto en torno a la candidatura de Jara.

Asimismo, está por verse la cohesión que sean capaces de alcanzar en torno al liderazgo comunista los partidos que integran hoy la alianza de gobierno. En la campaña de las primarias, el énfasis comunicacional de la derrotada candidata Tohá (Partido por la Democracia y Partido Socialista) estuvo puesto en el denominado «voto útil», afirmando que votar Jara equivale entregarle el triunfo a Kast.

En relación con esto, el candidato Kaiser ha prefigurado claramente el contenido anticomunista de su campaña. En su primera alocución post primarias ha atribuido el PC de Chile los más de «100 millones de asesinados» por el estalinismo y ha afirmado que el triunfo del Partido Comunista supone un peligro para la institucionalidad, que en esta elección se juega la democracia y que el Partido Comunista entra al Estado por la vía electoral para no irse nunca más. Todo esto lo dijo acompañado de ex agentes de la dictadura, incluido uno condenado por la justicia chilena como autor del delito de tortura.

Más atenuado, Kast manifestó que era una mala noticia para el país que alguien de la izquierda radical lidere la coalición oficialista, que el actual gobierno era un fracaso y se abocó a afirmar que la estrategia desplegada por su candidatura se va afirmando como la correcta.

Por su parte, Matthei declaró que los chilenos no quieren peleas ideológicas y, alejándose del relato de Kaiser, se centró en sus propias medidas programáticas.

Por su parte, los medios de comunicación hegemónicos acompañan el relato de que resultaría no sólo indeseable —por el peligro a la democracia— sino además imposible que una militante de un Partido Comunista llegue a la presidencia de un país por la vía electoral.

Sin duda, lograrlo supondría en sí mismo habilitar un escenario inédito. Conseguirlo en el actual contexto internacional y local, marcado por el avance social y electoral de la extrema derecha, sería una proeza que trascendería las fronteras de Chile. En un país que fue pionero de la llamada «vía pacífica al socialismo», no puede descartarse de antemano la posibilidad de un nuevo hito histórico. El único que puede hacerlo posible, una vez más y como siempre, es el pueblo.

¿Cuáles serán sus términos y condiciones? ¿Cuál es la disposición de apertura de los partidos oficialistas? Que la deliberación por abajo se apodere de los días por venir.


Karina Nohales y Javiera Manzi

Militantes de la Coordinadora Feminista 8M de Chile.


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CANDIDATA DEL PARTIDO COMUNISTA (PCCh)
 GANA AMPLIAMENTE PRIMARIAS EN CHILE 

[LA FUERZA «KAWAII»]

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lundi 7 juillet 2025

IMAGEN DE CADA CANDIDATO SEGUN IA

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 IMAGEN GENERADA POR IA

 IMAGEN GENERADA POR IA
En una inteligencia artificial (IA) se introdujeron los sentimientos de los tuiteros de cada candidato presidencial y se le pidió que esos sentimientos se vieran reflejados en la imagen de cada candidato y estos fueron los resultados: @jeannette_jara @Jou_Kaiser @joseantoniokast @evelynmatthei [«Jeannette Jara trae la esperanza de vivir mejor»]

CHILE /«JEANNETTE JARA TRAE LA ESPERANZA DE VIVIR MEJOR»

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JEANNETTE JARA ROMÁN, CANDIDATA
PRESIDENCIAL DE UNIDAD POR CHILE
PHOTO EFE

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Página|12
Chile / Elecciones en Chile / progresismo / entrevista / El historiador Cristián Pérez analiza la irrupción de la candidata presidencial por la coalición de izquierda / Chile: "Jeannette Jara trae la esperanza de vivir mejor" / "Representa a esa izquierda formada desde las luchas obreras, cuadros populares educados. Estudia, se profesionaliza, pero nunca rompe el vínculo con sus raíces," dice el experto en la izquierda chilena.

Página|12 6 de julio de 2025 - 00:01

JEANNETTE JARA, DIRIGENTE COMUNISTA,
GANÓ LAS INTERNAS DE LA IZQUIERDA
[LA FUERZA «KAWAII»]

con una victoria clara en las primarias del pacto oficialista Unidad por Chile, Jeannette Jara ha irrumpido como una figura inédita en la historia política reciente del país: es la primera mujer comunista en encabezar una candidatura presidencial del frente progresista desde el retorno a la democracia. Ex ministra de Trabajo, ex dirigenta sindical y militante desde su adolescencia, Jara encarna una combinación poco habitual en la política chilena: origen popular, trayectoria institucional y discurso de conciliación. Su triunfo, con más del 60 por ciento de los votos, reconfigura el mapa de la izquierda de cara a las presidenciales, en un momento marcado por el avance sostenido de la ultraderecha.

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El escenario hacia las elecciones de noviembre se presenta tensionado por múltiples desafíos: la reportada baja participación en las primarias encendió alarmas en el oficialismo, mientras el ultraderechista José Antonio Kast lidera las encuestas, seguido por Jara y la conservadora Evelyn Matthei. Con una derecha que se rearma en torno al discurso del orden y figuras vinculadas al legado pinochetista, el progresismo enfrenta la tarea de recomponer confianzas, ampliar su base electoral y disputar el sentido común de una ciudadanía fragmentada. La candidatura de Jara busca precisamente eso: articular feminismo popular, justicia social y estabilidad democrática, frente a un contexto regional donde cada vez son más los proyectos autoritarios.

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Para profundizar en el significado político e histórico de esta candidatura —y lo que representa para la izquierda chilena—, Página/12 conversó con Cristián Pérez, historiador, autor e investigador de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Playa Ancha, especialista en el estudio del progresismo histórico en Chile. En un país donde el discurso de la derecha caló hondo en los sectores populares con promesas de “mano dura”, la irrupción de Jara apunta a disputar ese mismo electorado desde otro lugar: “Ella encarna esa esperanza de vivir mejor, de salir adelante. No viene de la élite, así que se la siente nuestra”, analiza el historiador.

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su candidatura, pero sin cogelar su militancia »
PORTADA DE «EL MERCURIO»
DEL 7 DE JULIO 2025

-La candidatura de Jara reactualiza el protagonismo del Partido Comunista. ¿Cómo describirías su identidad política hoy?

-Para entender el peso de su candidatura, es importante comenzar por un punto clave: la verdadera naturaleza del Partido Comunista de Chile. Siempre ha sido un partido que juega dentro de las reglas de la democracia. Desde sus orígenes como Partido Obrero Socialista en 1913, ha trabajado para representar al pueblo, organizar sindicatos y participar en elecciones. Incluso cuando fue ilegalizado en 1948, no optó por la lucha armada, sino que siguió apostando por la vía democrática. Solo durante los años más duros de la dictadura, entre 1980 y 1986, validó otras formas de lucha tras perder a más de mil militantes asesinados o desaparecidos. Esta trayectoria explica por qué, a -diferencia de otros países, el comunismo en Chile no genera tanto rechazo. Y también ayuda a entender por qué figuras como Janet Jara no asustan: vienen de una tradición de izquierda comprometida con la democracia.

-¿Qué representa Jeannette Jara dentro de esa tradición?

-Jara recupera una tradición fundacional: la de una izquierda nacida desde el mundo popular, que se forma políticamente sin romper ese lazo. Su padre era un obrero calificado, parte de un sector históricamente vinculado al comunismo y socialismo chilenos. Ella representa a esa izquierda formada desde las luchas obreras, cuadros populares educados, con formación política y cultural. Estudia, se profesionaliza, pero nunca rompe el vínculo con sus raíces. Por eso puede decir “soy pueblo” con total legitimidad. Representa a millones de personas que se levantan cada día a trabajar, que luchan por salir adelante. Ese fue el corazón del proyecto de Allende: organizar a los pobres del campo y la ciudad para mejorar sus condiciones dentro de la democracia. Jara recupera esa idea.

-¿Cómo entra en juego su perfil técnico y dialoguista?

-Ahí hay un elemento clave. Por un lado, su eficacia como gestora: en el Ministerio del Trabajo logró avances relevantes en contextos muy complejos, como la reforma previsional o la reducción de la jornada laboral, todo esto desde un oficialismo sin mayoría parlamentaria. Mostró capacidad de diálogo, manejo técnico, eficacia. Pero por otro lado, está su cercanía con los sectores populares. Más allá de si milita o no en el Partido Comunista, lo que importa es que la ven como una de ellos. Y eso es fundamental: en los barrios, la gente no está leyendo columnas de opinión, está buscando esperanza. Cuando ven a alguien que viene de su mismo origen, que logró avanzar sin olvidarse de dónde viene, eso genera identificación. La técnica importa, claro, pero lo que realmente la hace fuerte es que transmite que mejorar es posible. Esa humanidad y cercanía son poderosas.

-¿Puede esa humanidad competir con figuras como Kast o Matei?

Sí, porque habla a un electorado decisivo: esos seis o siete millones de personas que viven en los barrios y que van a definir la elección. Son sectores despolitizados, que normalmente no votan, pero que esta vez lo harán obligados por ley. Ahí el discurso de la derecha ha calado fuerte, sobre todo por el miedo a la inseguridad. En un barrio humilde, que te roben el televisor es que te roben años de esfuerzo. Y Kast promete mano dura. Ahí Jara se vuelve una competidora fuerte, porque ofrece respuestas a esos mismos miedos, pero sin renunciar a los derechos humanos. Ella encarna la esperanza de vivir mejor, de salir adelante. No viene de la élite, así que se la siente nuestra. Si logra ampliar su coalición, puede consolidarse y ganar. Hace unos meses parecía seguro que la derecha ganaría. Hoy, eso ya no está tan claro.

-¿Qué desafíos enfrenta el frente progresista de cara a las elecciones?

-El primero es ampliar la alianza política: construir una lista unitaria para las elecciones parlamentarias. Incluir en su comando a figuras relevantes de la centroizquierda, del mundo cultural, de las organizaciones sociales, de los sindicatos. El segundo es construir un programa de gobierno que responda a las preocupaciones urgentes: seguridad, inmigración, empleo. Y tercero, lograr articular al Partido Comunista con el resto de las izquierdas más allá del oficialismo, para sostener su candidatura como la opción capaz de derrotar a la derecha fascista. También es clave que proponga una política de seguridad que genere esperanza, especialmente en los barrios más golpeados. Debe demostrar que tiene un plan concreto para combatir el crimen organizado y el narcotráfico, con una “mano justa”: implacable con las bandas, pero respetuosa de la humanidad. Además, plantear una política económica que apoye a las pymes, pero que también refuerce el rol del Estado para defender a consumidores y limitar abusos de las grandes empresas. Pero, por sobre todo, lo que Jara ofrece es esperanza de que se puede tener una vida mejor. Y eso, hoy, vale muchísimo.

-¿Cómo interpreta la baja participación en las primarias?

-Hay que relativizar esa idea de “baja participación”. Jara obtuvo resultados similares a los de las primarias que ganó Piñera antes de su segundo mandato. El tema es que los medios instalaron expectativas muy altas y luego remarcaron que no se cumplieron. En mi familia, por ejemplo, varios no votaron porque ya era vox populi que ella iba a ganar. Lo importante es que Jara ganó una elección difícil, sin confrontaciones, construyendo puentes y generando entusiasmo. Eso le permite proyectarse con un piso firme. Y quienes votaron por ella lo hicieron con convicción, lo cual es clave para cualquier campaña. Más que un problema, la participación puede verse como una oportunidad: ya tiene una base sólida que puede transformarse en el núcleo movilizador de su candidatura.

JEANNETTE JARA LA ROMPE EN ENCUESTAS
 Y SUPERA A KAST Y MATTHEI | #TURNOAM
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-¿Qué balance hace del gobierno de Boric hasta ahora?

Aunque el gobierno aún no termina, se puede hacer un balance preliminar. Fue una administración compleja desde el inicio, pensada para gobernar con una nueva Constitución, y ese proceso fracasó. Eso obligó a reformular el programa original. El gobierno tuvo que asumir lo que podríamos llamar un “baño de realidad” y enfocarse en lo posible. Aun así, logró reformas importantes, como las impulsadas por Jara en Trabajo. También fue un gobierno respetuoso de la democracia y los derechos humanos, algo nada menor en este contexto. Donde más falló fue en seguridad: no tuvo una respuesta clara frente a un problema que afecta mucho a la población. Pero con el tiempo, creo que se valorará su esfuerzo por recuperar el país tras la pandemia, contener la inflación y enfrentar la crisis. Boric aún tiene futuro. No descarto que vuelva a ser presidente. 

Entrevista: Mateo Nemec

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CANDIDATA DEL PARTIDO COMUNISTA (PCCh)
 GANA AMPLIAMENTE PRIMARIAS EN CHILE 

[LA FUERZA «KAWAII»]

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