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lundi 28 février 2022

UCRANIA EN NUESTRAS VIDAS Y EN TODAS LAS VIDAS

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CARICATURA JERIFE ARAFA

No nos gusta ver a Rusia, convertida en un matón del barrio, como lo ha sido EEUU a lo largo de todos estos últimos años. Nos angustia ver a ciudadanos ucranianos huyendo de su país o refugiados en las estaciones del Metro. ¿Pero hay otro camino para detener el peligroso auge del fascismo tipo Siglo XXI, que puede amenazar con la extinción del ser humano sobre el planeta?

Por Miguel Lawner

MIGUEL LAWNER

Ucrania es la tierra donde nacieron mis padres y de la cual debieron emigrar huyendo de los pogroms ([1]), encabezados por Petliura, hoy un héroe nacional para las fuerzas que asumieron el poder en ese país, tras el golpe de estado que tuvo lugar en 2014, culminando con el derrocamiento del presidente Víctor Yanúkovic.

STATUE DE PETLIURA

Dicha acción, contó con el apoyo total de los EEUU, interesados en detener la creciente influencia política y económica alcanzada por Rusia, tras el ascenso de Putin al poder.

Victoria Nuland, entonces subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos y ahora número tres del Departamento de Estado de Estados Unidos, desfiló personalmente por la plaza de la Independencia de Kiev, que lleva el nombre de Maidán, para animar las protestas contra el presidente Yanukóvich. Se jactó públicamente de que Estados Unidos había invertido cinco mil millones de dólares en el cambio de régimen en Ucrania”. ([2])

Stepan Bandera, otro rufián que permanecía encarcelado por el gobierno soviético en Ucrania, fue liberado por el ejército alemán que ocupó dicho país al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, tras lo cual, se encargó de organizar las legiones ucranianas que lucharon contra la Unión Soviética en su avance hasta Moscú. Recordemos que también participaron activamente en estas acciones, el abuelo y el padre de nuestro conocido Miguel Krasnoff, condenado a más de 800 años de prisión por los innumerables crímenes cometidos en Chile, durante la dictadura encabezada por Augusto Pinochet.

Además, Stepan Bandera fue acusado por la Unión Soviética, de haber organizado y participado en los pogromos realizados en la ciudad de Lvov, que costaron la vida entre 4.000 a 8.000 judíos.

Sin embargo, el Parlamento de Ucrania (la Rada), establecido tras el golpe militar en 2014, acordó ahora, hace apenas dos años, declarar oficialmente el 1° de enero como día conmemorativo del nacimiento de Stepan Bandera. La fecha se ha convertido en una fiesta nacional y es celebrado con regocijo por sectores de la ultraderecha ucraniana. De hecho, es una provocación contra los ciudadanos rusos, cuyos padres y abuelos, no olvidarán jamás, los crímenes cometidos por Stepan Bandera.

El sector oriental de Ucrania, conocido como el Donbass, que comprende las regiones de Lugansk y Donetz, fue particularmente reprimido tras el golpe ocurrido en Ucrania en 2014. Es una zona con población mayoritariamente rusa, que conserva su idioma y con el cual se imparte la enseñanza en todos sus niveles. Las agresiones llegaron a tal nivel, que dichas regiones acordaron la creación de las Repúblicas Independientes de Lugansk y Donetz.

PROTOCOLO DE MINSK

Un año más tarde, se firmaron los acuerdos de Minsk([3]) estableciendo el alto al fuego en el Donbas, firmado por Rusia y Ucrania conforme a un plan desarrollado por los entonces presidente francés, Francois Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.

Estos acuerdos han sido sistemáticamente violados por Ucrania, por vía de la creación del llamado Batallón de Azov, cuerpo paramilitar, encargado de agredir constantemente a las repúblicas independientes del Donbass. Se trata de una organización de ultraderecha, que fundó Andriy Biletsky, un criminal que cumplía condena en la cárcel por asesinato y que fue liberado tras el golpe del 2014. Sus crímenes son incontables, incluyendo 48 sindicalistas quemados vivos, en una escuela de Odessa. También han incendiado sinagogas, todo esto bajo el silencio cómplice de Estados Unidos y de gran parte del mundo, a diferencias de lo que ocurre hoy día con la invasión rusa en Ucrania, que ha motivado múltiples acciones de represalia resueltas por Estados Unidos, por la mayoría de los países europeos y naturalmente, por nuestro democrático presidente Sebastián Piñera.

El batallón Azov nunca ha ocultado su admiración por los nazis. Biletsky profesó su apoyo a la “cruzada de las naciones blancas del mundo contra los subhumanos dirigidos por los judíos

Por otra parte, se han constituido en una peligrosa escuela internacional destinada a la formación de fuerzas paramilitares, preparadas para agredir y acabar con cualquier manifestación popular que ponga en peligro los regímenes reaccionarios vigentes en cualquier lugar del mundo. Cuentan con pleno respaldo del actual gobierno de Ucrania, que los ha incorporado como un regimiento más de sus fuerzas militares.

Durante la reciente elección presidencial efectuada en nuestro país, me llamó la atención el despliegue de una extraña bandera, exhibida por manifestantes en favor de José Antonio Kast, que recorrieron amenazantes, la avenida Las Condes

Indagando sobre el significado de dicha bandera, me enteré, por primera vez, de la existencia de este batallón de Azov, cuyos emblemas son semejantes a los de las fuerzas especiales de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Los ejecutores del genocidio que ultimaron e incineraron a seis millones de personas en cámaras de gases, son los maestros que guían las acciones criminales de estos legítimos neonazis y ya los tenemos en Chile.

El mundo comienza a parecerse mucho a los años 30 del siglo pasado, con el surgimiento de regímenes fascistas en Italia y Alemania. La guerra civil española fue su escuela de formación, practicando toda clase de crímenes, y bombardeos a poblaciones indefensas, mientras las potencias occidentales levantaron la bandera de la no intervención, dejando indefensa a las fuerzas republicanas españolas.

Toda nuestra vida hemos luchado por la Paz. Fui encargado juvenil del Movimiento de Partidarios de la Paz organizado en Chile a partir de 1949, y que presidió el coronel en retiro De Amesti con Olguita Poblete como Secretaria General.

Nos hemos manifestado en múltiples ocasiones contra las agresiones cometidas por los EEUU con nuestros países hermanos: Cuba, Nicaragua, Honduras, Guatemala.

¿Qué debemos hacer ahora?

No nos gusta ver a Rusia, convertida en un matón del barrio, como lo ha sido EEUU a lo largo de todos estos últimos años. Nos angustia ver a ciudadanos ucranianos huyendo de su país o refugiados en las estaciones del Metro. ¿Pero hay otro camino para detener el peligroso auge del fascismo tipo Siglo XXI, que puede amenazar con la extinción del ser humano sobre el planeta?

¿Quién tiene una respuesta adecuada, indolora, para este grave desafío que enfrenta hoy la humanidad?

(*)Miguel Lawner, arquitecto chileno, Premio Nacional de Arquitectura 2019, director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) durante el Gobierno de Salvador Allende.

[1] Pogrom. Palabra rusa que significa devastación, acciones llevadas a cabo en Ucrania desde fines del Siglo XIX, contra las aldeas pobladas preferentemente por familias judías.

[2] La «democracia» en Ucrania: ¿por qué se arriesga la OTAN a una guerra? Peter Schwarz. 24 enero 2022

[3] Minsk. Capital  de la república de Bielorusia.

DESSIN NÉSTOR SALAS

 Del mismo autor 

samedi 26 février 2022

NO DESPIERTES A UN OSO RUSO PATEANDO SU HOCICO

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1ra EDICIÓN DE "LAS CONSECUENCIAS
ECONÓMICAS DE LA PAZ" DE JM KEYNES

No despiertes a un oso ruso pateando su hocico (Las nuevas consecuencias económicas de la paz).
 
Humillaciones tras la guerra fría

"Si lo que nos proponemos es que, por lo menos, durante una generación Alemania no pueda adquirir siquiera una mediana prosperidad; si creemos que todos nuestros recientes aliados son ángeles puros y todos nuestros recientes enemigos -alemanes, austríacos, húngaros y los demás- son hijos de del demonio; si deseamos que, año tras año, Alemania sea empobrecida y sus hijos se mueran de hambre y enfermen, y que esté rodeada de enemigos, entonces rechacemos todas las proposiciones generosas, y particularmente las que puedan ayudar a Alemania a recuperar una parte de su antigua prosperidad material. (...).

Si tal modo de estimar a las naciones y las relaciones de unas con otras fuera adoptado por las democracias de la Europa occidental, entonces, ¡que el Cielo nos salve a todos¡ Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará". J. M. Keynes. Las consecuencias económicas de la paz. 1919.

por Juan Carlos Monedero 

ARCHIVES ÉTATS-UNIS D'AMÉRIQUE

Es evidente que, tras la caída del Muro de Berlín en 1989, los Estados Unidos tenían muy claro que querían contarle al mundo, con maneras de Hollywood, incluidos efectos especiales, quién había ganado la Guerra Fría.

Ronald Reagan, el presidente que creó el Irangate –el traslado de armas desde Irán a la Contra nicaragüense pagadas con drogas-, se fue a la antigua capital de Prusia a posar delante del Muro junto a un Helmut Kohl, al que la historia rescató con el azar de la reunificación alemana. Por si no bastara aquella foto en Berlín, la humillación necesitaba un gesto militar, otro intelectual y otro simbólico.

ANIMACIÓN QUE MUESTRA LA
DISLOCACIÓN DE YUGOSLAVIA

La humillación militar tuvo dos momentos. Uno fue la disolución de Yugoslavia, donde los países occidentales, incluidos los que se escandalizaron por el intento secesionista catalán y no han aceptado la declaración de independencia unilateral del Donets y Lugansk, reconocieron la independencia unilateral de Eslovenia, Croacia y Kosovo. La otra humillación, diferida en el tiempo, era llevar la OTAN hacia el Este. ¿Hasta dónde? Pues hasta las misma frontera de Rusia.

FRANCIS FUKUYAMA EN 2002 À PARIS.
PHOTO ERIC FEFERBERG - AFP

La humillación intelectual la protagonizó Francis Fukuyama, un profesor discípulo de Milton Friedman a sueldo del Departamento de Estado (el Ministerio de Exteriores norteamericano), que publicó en 1992 El fin de la historia. Ese libelo, pese a su enorme debilidad, permitió que la corriente principal de las ciencias sociales condenara al marxismo, al posestruturalismo, a Foucault, a Wallerstein, a Angela Davis, a Frantz Fanon y hasta al meritorio Habermas al, supuestamente, basurero de la historia.

Aún faltaba el postre. La guinda del imperio norteamericano, al que no le importaba convertir el mundo en un polvorín rompiendo los equilibrios de más de medio siglo, fue simbolizar la humillación permitiendo que Pizza Hut contratase al último presidente soviético.

La imagen de Mijail Gorbachov vendiendo porciones de pizza por la televisión completaba el insulto. Imaginemos a Manuel Azaña contratado por Franco anunciando en Radio Nacional el aniversario del 18 de julio.

Alguien le debió recordar a Reagan el comportamiento de los romanos en su lucha contra los pueblos germanos, donde acostumbraban, después de derrotar a alguna tribu, a ir a los templos de los vencidos a darles las gracias a los dioses de los otros por haberles dado la victoria a los extranjeros. Eso de joder a los caídos tiene larga data, aunque no hay pruebas de que salga bien. La venganza es un mecanismo biológico de supervivencia que pasa de generación en generación.

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__________________________

La doble vara de medir del hegemon decadente

Tras la caída de la URSS y la disolución del complicado entramado territorial creado, cualquier pretensión nacional que debilitara a la antigua URSS fue escuchada. Si en España los Estados Unidos hiciera lo mismo que en la Unión Soviética tras una crisis profunda de Estado, hasta la Moraleja sería un estado independiente. EEUU fomentó las llamadas "revoluciones de colores", esto es, golpes blandos enmascarados en revueltas populares que reclamaban "derechos humanos". Ya hemos visto cómo responden demócratas y republicanos a las demandas de, por ejemplo los negros estadounidenses. Un joven dispara contra dos activistas de Black Lives Matter y los jueces se encargan de absolverle.

Sin embargo, la sensibilidad de la Administración norteamericana ante las barbaridades del Gobierno ruso hoy tienen el aplauso de todos los medios y las redes. Cuando Rusia estaba pidiendo la entrada en la OTAN, masacraba a chechenos o apoyaba las matanzas en Yugoslavia promovidas por los que querían dinamitar ese país, la contraparte era que los dirigentes rusos eran gente mimada por Washington. Y por los medios, claro.

Hoy Estados Unidos es un hegemón en decadencia. En ese país, 74 millones de personas han apoyado a un desequilibrado, ladrón e ignorante a la Presidencia del Gobierno. El Partido Republicano, una de las dos patas del sistema norteamericano, sigue defendiendo el neoliberalismo, apoya los golpes en cualquier país y, coherentemente con lo que antes solo aceptaban fuera, ha dicho que el asalto al Capitolio es una expresión legítima de voluntad política, mientras las desigualdades y la pobreza –que golpean especialmente a negros y latinos- no conocen igual desde los años 70.

El poderío militar de EEUU es inigualable, pero ya no el poderío económico, donde si bien sigue siendo la principal potencia económica (un PIB de 19,441 billones de euros), China se le va acercando, un crecimiento exponencial que ha estimulado aún más la crisis de la covid-19. Rusia, que es una potencia militar con armamento nuclear, no es una potencia económica y su PIB (1,293  billones de euros) es similar al de España (1,202 billones de euros). La Unión Europea tiene un PIB conjunto de 13,920 billones de euros, de los cuales el 25% corresponden a Alemania (3,567 billones de euros). Más que una potencia media, España es como mucho y sin contar las deudas, una potencia tercia.

La confusión de la política exterior

Los cambios económicos determinan cambios geopolíticos y cuando hay cambios geopolíticos, donde la correlación de fuerzas cambia y la importancia que cada cual da a sus amenazas y a sus oportunidades se reacomoda, la geografía vuelve a dibujarse y redoblan los tambores de guerra.

España apenas ha tenido política exterior propia, salvo la ayuda a las grandes empresas para dar el salto a América Latina, más bien con ánimo expoliador. Esas grandes empresas siempre formaron parte de la trama de financiación del bipartidismo, de manera que en ese quehacer ni el PSOE ni el PP nunca se han pisado la manguera. Por eso, les molesta tanto al PP y a un sector del PSOE el apoyo de Rodríguez Zapatero a Venezuela, porque ese negociado lo llevaba Felipe González, amigo del presidente Carlos Andrés Pérez, y los sectores del Opus Dei del PP. Con Marruecos, siempre ha funcionado una cesión sin capacidad de presión. Y a Europa siempre hemos ido abochornados (Pedro Sánchez es el primer Presidente que va a las Cumbres hablando inglés).

Ahora, la política exterior sigue marcada por el seguidismo a EEUU (reconocimiento de Guaidó, sanciones a Venezuela y a Cuba, alejamiento de China, sanciones a Rusia…), las urgencias energéticas, especialmente de gas, que tienen como referentes a Marruecos y a Argelia, el corrimiento a la derecha de la Unión Europea y un retroceso democrático en Defensa. Es decir, un gobierno de izquierdas que no tiene política exterior y que ha dejado de pelear por la democratización de las fuerzas armadas.

Cada cual tiene en Ucrania su guerra

La guerra en Ucrania podría solventarse si recordamos que ese país lleva en guerra desde 2013 y a veces hemos sido azuzadores de esa guerra queriendo arrastrar al país hacia posiciones atlantistas, y otras hemos mirado para otro lado. Putin gobierna desde hace dos décadas porque está queriendo devolver a Rusia su antigua "grandeza", lo que pasa por ir desgajando territorios de las antiguas repúblicas soviéticas (algo que va haciendo siempre con la misma estrategia). Las peticiones actuales rusas son asuntos que llevan varios años encima de la mesa, pero no son fáciles de digerir porque ponen en cuestión la tarea de los EEUU y la Unión Europea desde que empezaron a apoyar la desestabilización de Ucrania en 2013 apoyando el levantamiento del Maidan.

Las reclamaciones planteadas por Putin son hoy más complicadas que en los años anteriores: reconocer un estatus político a las repúblicas de Donetsk y Lugansk (algo que incumplió Kiev al incumplir los acuerdos de Minsk), que recuperarían sus fronteras de antes de 2014. Igualmente, Ucrania tendría que reconocer la soberanía de Rusia sobre Crimea; la OTAN cerrar las puertas a Ucrania y Ucrania rechazar la entrada en la OTAN. Para impedir la confrontación –y que al tiempo dejaría a Kiev en manos de Moscú- Occidente tendría que dejar de suministrar armamento a Ucrania.

El regreso de la geopolítica hace de las naciones maestras de muerte. Cuando las naciones están en el centro de la reflexión política nublan el entendimiento, de la misma manera que a los intereses económicos nunca les ha parado el estado de derecho a no ser que venga acompañado de presiones populares. Putin, como nacionalista conservador con pocos escrúpulos, orienta la política hacia la gloria de Rusia mientras tiene la economía atravesada por oligarcas y mafiososos. Biden, como político imperial con pocos escrúpulos, orienta la política hacia la gloria de Estados Unidos y tiene la economía atravesada de multinacionales y lobbies.

Es la ONU y no la OTAN quien tiene que hacerse cargo de estos desatinos sangrientos. Hay que aplicar los tribunales penales internacionales a las empresas de armas y energéticas que están detrás de las guerras. Hasta 2019, el hijo de Joe Biden fue director de Burisma Holding, la mayor empresa privada de petróleo y gas de Ucrania. Detrás de toda guerra hay un negocio.

Con la guerra fría ¿vivían mejor?

Las sanciones económicas solo golpean a los pueblos y no crean conciencia. Además están llenas de trampas. Alemania ha tenido que renunciar al gaseoducto Nord Stream 2 por presiones gringas, pero Mario Draghi ha sido capaz de dejar fuera de las sanciones los objetos de lujo italianos que compran los mafiosos y jerarcas rusos. Cansa el engaño.

Y en el caso de España, al igual que en Europa, nos gustaría ver que hay una política exterior con cierta autonomía. VOX es el aliado de Putin en España –como lo son Orban, Le Pen, Salvini o Trump. El anterior presidente norteamericano ha afirmado después de la invasión que "Putin es un tipo muy listo" que había obrado con "genialidad"-. Es sabido que Putin intentó reunirse varias veces con Abascal. El PP, el de la banderita, gobierna con VOX, el de las banderazas pro Putin. La canalla mediática –y algún político en decadencia que solo reaparece para decir mentiras, como Rafael Hernando- quieren presentar el conflicto con Putin como un conflicto de la guerra fría, donde Putin sería "un comunista". ¡Que dimita Pedro Sánchez! ¡Que salga Unidas Podemos del gobierno! Aunque el 100% de los Ministros de Unidas Podemos, igual que los partidos de donde vienen, no hubieran condenado a invasión de Ucrania por Rusia.

Con la guerra fría vivían mejor. Igual que sin ETA se quedan sin argumentos. Como si todo el mundo tuviera que ignorar que la oposición a Putin en el parlamento ruso la ejerce precisamente el Partido Comunista de Rusia. Como si Putin no viniera mucho tiempo ensalzando a Stalin e insultando a Lenin, al que acusa de debilitar a Rusia al otorgar a Ucrania la condición de estado en 1923. O como si no fuera público que en la Rusia de Putin hay contratistas en la guerra de Ucrania, como la Hallyburton de Cheney en la guerra de Irak, y que como es normal perpetran barbaridades.

Soluciones complicadas

Se sabe como empiezan las guerra, no cómo terminan. Los intereses norteamericanos han conseguido que Putin entregue a la OTAN la guerra que necesitaban. Johnson y Biden van a solventar buena parte de sus problemas con esta guerra. Como siempre hacen. Putin, si le salen bien las cosas, tendrá sus estatuas al lado de Nicolás II. En la política parece que no hay gloria si no sumas cadáveres. 

Pagará el pueblo de Ucrania, que pone los muertos y los que huyen de la guerra, el pueblo ruso, que sufrirá las sanciones de la Unión Europea, el pueblo de la Unión Europea, que sufrirá las sanciones rusas, y toda la zona con el empobrecimiento general y las migraciones.

Es el momento de la ONU. Que debe ser firme contra la invasión rusa de Ucrania y debiera tener la fuerza como para poder hacer cumplir sus compromisos. Y como siempre, las guerras solo las pueden parar los pueblos, por muy ingenuo que parezca. La guerra en Ucrania la pueden parar los ciudadanos rusos que no quieren guerra (y un 80% quiere una Ucrania independiente); los ucranianos que no quieren ni perder su país ni tampoco la vida en un conflicto que no es del todo suyo; los europeos que no queremos más guerras en el continente; los norteamericanos que saben que las guerras solo benefician a los lobbys de armas y a los canallas infiltrados en la administración; los ingleses que no creen en el payaso de Johnson. Sabemos que los gobernantes mienten y que los medios de comunicación mienten. Sabemos incluso que hacen el ridículo y ya les da lo mismo (Antena 3 en España, informando de la guerra con imágenes de videojuegos). De hecho, es el único legado democrático de la barbarie de Irak: saber que los gobernantes mienten cuando preparan una guerra. Pero enfrente tenemos las inercias de los Estados preparados durante siglos para la guerra y solo si cambia la correlación de fuerzas se paran estas lógicas. No basta manifestarse. Lo hicieron millones contra la guerra de Irak sin éxito. Parar una guerra exige algo más de compromiso.

En 1919, John Maynard Keynes publicaba Las consecuencias económicas de la paz, donde explicaba que los acuerdos de paz del tratado de Versalles de ese mismo año implicaban poner contra las cuerdas a Alemania. Keynes, comprometido con la paz, sabía que de las condiciones draconianas impuestas a los derrotados saldría algún Hitler, poniéndose otra vez en riesgo la paz de todo el continente. 

Hoy Keynes se manifestaría delante de la Embajada rusa y también delante de la delegación de la OTAN. No por repartir culpas, porque está claro quién ha invadido Ucrania rompiendo el derecho internacional. Es la diferencia entre dejarse llevar por el dolor que anula o enfriar la cabeza para que pueda pensar y buscar salidas.

Muchos de los que hoy quieren hundir en el mar a Rusia, pensando que así vuelven a derrotar a la Unión Soviética, son los mismos que en 1918 preferían humillar a Alemania antes que librar a Europa del fantasma de la guerra. Claro que la OTAN no es la que ha entrado por la fuerza en Ucrania. Porque no le ha hecho falta. ¿O por qué bombardean en Yemen o en Siria?  La OTAN también ha entrado en Ucrania desde el Maydan, como lo hicieron en la extinta RDA, en Polonia, Rumania, Bulgaria, Croacia,Letonia, Lituania... Queriendo perpetuar una humillación que ha terminado dando alas al autoritario Putin. Que no nos hablen de derechos humanos ni los que defienden a Putin ni los que llevan rompiendo la paz desde, al menos, después de la Segunda Guerra Mundial. ¿Sacamos alguna lección del siglo XX? Desconfiemos de los que tienen en su ADN histórico las guerras. De todos.


vendredi 25 février 2022

DECLARACIÓN DEL PC DE CHILE ANTE CONFLICTO EN UCRANIA

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FOTO UMIT BEKTAS / REUTERS

El Partido Comunista de Chile (PCCh) condena los hechos de guerra en la solución de conflictos. En el caso del conflicto en Ucrania, cada país debe asumir su propia responsabilidad; en primer lugar Rusia. Pero también los EE.UU. y la OTAN, que con sus provocaciones, afanes expansionistas, intereses económicos y geopolíticos junto a su política de armamentismo en Ucrania han propiciado el desconocimiento del tratado de Minsk, lo que indudablemente abría el peligro de la guerra.
Lo que cabe hoy es recuperar la paz y en lo posible restablecer los acuerdos que la garanticen en el largo plazo. El escalamiento o involucramiento y confrontación de potencias con capacidad nuclear podría traer consecuencias trágicas para la humanidad. Por ello es que nuestro llamado es a que se extremen todos los esfuerzos por la paz y la solución política a los conflictos.

Santiago, febrero 24 de 2022

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DESSIN NÉSTOR SALAS

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jeudi 24 février 2022

PUTIN MUEVE FICHA IMPERIAL

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Vladimir Putin.
CARICATURA LUIS GRAÑENA

El presidente ruso afirma, durante un discurso a la nación, que Ucrania es un invento de los comunistas, convertido en ariete contra Rusia 

El martes 22 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, introdujo un nuevo elemento de presión en su pulso con Occidente al anunciar su decisión de reconocer las dos repúblicas rebeldes del este de Ucrania, Lugansk y Donetsk, y establecer acuerdos militares que permiten la presencia de tropas rusas en ellas. A diferencia de la anexión de Crimea en 2014, este paso no es irreversible. Parece pensado como un elemento más de negociación y presión. ¿Negociar qué?
Se trata de todo lo que está contenido en los documentos que Moscú presentó el 17 de diciembre. Sus tres principales puntos son: renuncia a la ampliación de la OTAN a Ucrania, retirada de los sistemas de armas occidentales de su entorno geográfico y retirada de la OTAN a los límites anteriores a su ampliación al este. Estos puntos son, evidentemente, un marco negociable, pero Washington y la OTAN no los han atendido. Por eso Putin ha dado otra vuelta de tuerca. Habla de “genocidio” y recrea escenarios de opereta inspirados en lo que la OTAN escenificó en Kosovo mientras bombardeaba Belgrado.
Mucho más significativo que el reconocimiento de las repúblicas rebeldes son los términos en los que Putin envuelve su reclamación: un discurso nacional-imperial ruso, incompatible con la soberanía e independencia de Ucrania. Putin dice que Ucrania no existe como país, que es una construcción artificial del periodo comunista y que nunca ha tenido tradición estatal. Es lo mismo que dice Israel de Palestina para justificar su abuso colonial.
El régimen ruso, un neoliberalismo oligárquico, no tiene nada atractivo que ofrecer al pueblo ucraniano

Negar a un pueblo su derecho a la soberanía nacional con el argumento de que no la tuvo en el pasado es un despropósito. Ese disparate confirma que las garantías de seguridad a Occidente (esa “seguridad europea integrada”) que Moscú estuvo pidiendo “educadamente” en los últimos treinta años, ahora se piden de forma brutal.

Esta Rusia enfadada, militarizada y dura, hacia dentro y fuera, es el producto de muchos procesos. Los desastres del neoliberalismo en Rusia, la privatización en nombre de la “libertad de mercado”, la restauración violenta de su sistema autocrático aplaudida por Occidente en los noventa, y la expansión de la OTAN hacia sus fronteras tienen una relación directa con ello. Quienes en su día saludaron y propiciaron todo aquello y hoy se escandalizan, deberían reflexionar y corregir el tiro. ¿Cómo hacerlo sin perder la cara? Una negociación como la que pide Moscú es la única manera de enderezar la situación y proteger a Ucrania. Si no se hace, la brutalidad y el conflicto progresarán.
El mensaje de Putin a la población de Ucrania es desastroso. Putin denuncia la injusticia social de la caótica cleptocracia oligárquica ucraniana e incluso el maltrato y represión de la oposición que las fuerzas nacionalistas-occidentalistas del gobierno de Kiev practican. Pero ¿desde qué posición se denuncia todo eso? Las cosas no son mejores en Rusia, sino peores. La simple realidad es que el régimen y el sistema ruso, un neoliberalismo oligárquico que gobierna sobre el nacionalismo ruso no tiene nada atractivo que ofrecer al pueblo ucraniano, ni siquiera a los enormes sectores que no se reconocen en la ideología nacionalista de Kiev. Al revés, el discurso nacionalista ruso solo alimenta e incrementa el impulso nacionalista ucraniano antirruso, consolidándolo como ideología de Estado.

En la peor hipótesis, ese discurso ofrece vitaminas a la OTAN, organización en crisis que responde a intereses de Washington cada vez más contradictorios con los de la Unión Europea, en particular de su matriz germano-francesa. Como con su intervención en Siria, Rusia está asumiendo muchos riesgos porque entiende que la OTAN no va a ir a la guerra por Ucrania, pero la desproporción de fuerzas es enorme y cualquier incidente puede hacer que la situación escape a todo control.

Entre 2013 y 2020 cerca de 3.000 maniobras y patrullas militares han colocado a fuerzas rusas y de la OTAN en peligrosa proximidad. En unas maniobras realizadas en el mar Negro en 2020, un caza ruso se colocó a pocos metros de un bombardero americano B-52 con capacidad nuclear. Rodear militarmente a países como Rusia y China es la insensatez que Occidente practica desde hace años.

Los imperios descabalgados y venidos a menos son peligrosos. Ese es el gran contexto de la actual psicología del nacionalismo ruso

Los imperios descabalgados y venidos a menos son peligrosos. Ese es el gran contexto de la actual psicología del nacionalismo ruso instalado en el Kremlin, más heredero de la autocracia quebrada en 1917 que del fantasma de la URSS, como demuestra el discurso de Putin. Reducir el problema a Rusia, como hacen nuestros poco independientes “expertos” noratlánticos es un peligroso ejercicio de ignorancia histórica.

Antes de apearse de sus estatus coloniales y reconvertirlos en otras fórmulas imperiales de dominio más modernas, las potencias europeas cometieron crímenes enormes en el mundo. Francia guerreó en Argelia y dejó allá un millón de muertos. En Indochina ocasionó 350.000. Inglaterra saldó con un millón de muertos y 15 millones de desplazados la separación imperial de India y Pakistán. En Kenia la descolonización ocasionó 300.000 muertos y millón y medio de recluidos. Hasta la pequeña Holanda acaba de reconocer esta semana la factura de 100.000 muertos que causó en su guerra colonial de cuatro años en Indonesia. 

Y ¿qué decir de Estados Unidos, gran patrón y principal responsable de la actual escalada militar en Europa y Asia? Su declive imperial lleva décadas arrastrando consigo una guerra eterna. Desde el 11 de septiembre de 2001 ha ocasionado la destrucción de sociedades enteras, 38 millones de desplazados y 900.000 muertos, según un cómputo más bien benigno. Rusia está pasando por estas patologías imperiales del declive y choca en ellas con sus competidores imperiales que le han acorralado en Europa. Estamos ante un choque entre imperios en un momento dominado por el traslado de potencia global hacia Asia. China reacciona con prudencia y buen sentido: “La OTAN debe adaptarse a las nuevas circunstancias, si continua ampliándose hacia el Este, ¿contribuirá eso a la paz y la estabilidad?”, ha dicho su ministro de Exteriores, Wang Yi, en la conferencia de seguridad (atlantista) de Múnich, en la que el presidente ucraniano ha pedido armas, firmeza y revisar su condición de país libre de armas nucleares… 
Estamos en los primeros movimientos de una partida que será larga y dramática. Los pronósticos son vanos. Nos esperan más movimientos “fuertes” de Rusia y respuestas de sus adversarios reacios a negociar, pero la perspectiva general es mala. La humanidad asiste a esta criminal pérdida de energías y tiempo. Un tiempo del que no disponemos y que estamos malgastando como especie.
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mardi 22 février 2022

RIQUEZA EXTREMA: CHILE, EL PAÍS DONDE LOS ULTRARRICOS TIENEN EL PATRIMONIO MÁS GRANDE DE AMÉRICA LATINA

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UNA PANORÁMICA DE SANTIAGO DE CHILE 

Chile fue el país de América Latina que en 2021 concentró el mayor nivel de patrimonio entre los ultrarricos en relación al tamaño de su economía.

El patrimonio conjunto de los chilenos más ricos fue equivalente a un 16,1% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, según calculó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), utilizando datos de la revista Forbes.

Cecilia Barría, BBC News Mundo

Estos cálculos solo consideran a los llamados "milmillonarios", es decir, aquellas personas que tienen un patrimonio de al menos US$1.000 millones.

A nivel global hay 2.755 personas que pertenecen a esa categoría, en un listado liderado por Jeff Bezos (con US$177.000 millones), seguido de Elon Musk y Bernard Arnault.

En América Latina existen 104 ultrarricos de los cuales nueve son chilenos, con un patrimonio de estos últimos que a fines de 2021 estaba compuesto, según la revista Forbes, de la siguiente manera:


Iris Fontbona y familia Luksic: US$23.300 millones

Julio Ponce Lerou: US$4.100 millones

Horst Paulmann y familia: US$3.300 millones

Sebastián Piñera y familia: US$2.900 millones

Jean Salata*: US$2.400 millones

Roberto Angelini: US$2.000 millones

Alvaro Saeih: US$1.800 millones

Patricia Angelini: US$1.600 millones

Luis Enrique Yarur: US$1.300 millones

(*Vive y trabaja en Hong Kong desde 1989).

EL PATRIMONIO DE LOS MILMILLONARIOS

Patrimonio en Chile

En qué sectores está el patrimonio del club de los más ricos

 SEBASTIÁN PIÑERA SE ENCUENTRA ENTRE LOS "SUPERRICOS" DE CHILE.

Según la lista Forbes de los milmillonarios de Chile, las fortunas de estos están concentradas principalmente en los sectores de las finanzas, minería, forestal y retail.

Finanzas: Sebastián Piñera, Alvaro Saieh, Luis Enrique Yarur

Minería: Iris Fontbona y Julio Ponce Lerou

Minería y forestal: Roberto Angelini, Patricia Angelini

Retail: Horst Paulmann

LA FAMILIA DE IRIS FONTBONA, DE LA CUAL FORMA PARTE
JEAN-PAUL LUKSIC, ES UNA DE LAS MÁS RICAS DEL PAÍS.

La concentración del patrimonio en estas familias es un reflejo de la desigualdad que existe en la sociedad chilena.

Según el informe World Inequality Report de 2022, el 1% más rico de Chile concentra el 49,6% de la riqueza total del país, mientras que en Brasil controla el 48,9%, en México el 46,9% y en Estados Unidos el 34,9%.

¿Por qué la riqueza está tan concentrada en Chile?

Los historiadores suelen explicar el origen de la brecha social remontándose a los tiempos de las colonia, en los que la mayor parte de las tierras fueron repartidas entre los españoles y sus descendientes.

En esa época surgió la hacienda, en la que la sociedad quedó dividida entre patrones, empleados, inquilinos y peones.

Desde aquella desigualdad agraria, la concentración de la riqueza fue expandiéndose a otros sectores económicos de explotación de recursos naturales como, por ejemplo, la minería, que ha convertido a Chile en el mayor exportador de cobre del mundo.

DURANTE EL RÉGIMEN DE AUGUSTO PINOCHET SE LLEVARON
A CABO UNA SERIE DE PRIVATIZACIONES DE EMPRESAS PÚBLICAS.

En la historia más reciente, la brecha social se expandió en las décadas de los 70 y los 80 durante el régimen de Augusto Pinochet con la creación de un modelo económico con poca regulación que permitió el surgimiento de grandes fortunas familiares.

Según escribió el economista Osvaldo Larrañaga en "La desigualdad a lo largo de la historia de Chile", la brecha aumentó con Pinochet a través de mecanismos como "la privatización de las empresas públicas, que pasan a ser propiedad de un número pequeño de grupos económicos, la supresión y represión de los sindicatos, y la conversión del estado benefactor en uno de carácter residual", entre otras medidas.

En el grupo de los ultrarricos del Chile actual hallamos el caso de Julio Ponce Lerou, el exyerno de Pinochet que se convirtió en el mayor accionista de la empresa SQM (Soquimich), una de las mayores productoras de fertilizantes, yodo y litio a nivel global, tras la privatización de la firma.

LA RIQUEZA PERMANECIÓ CONCENTRADA EN LA PUNTA DE LA PIRÁMIDE

Con el retorno de la democracia en 1990, la pobreza y la desigualdad de ingresos disminuyeron en el país, aunque la riqueza permaneció concentrada en la punta de la pirámide, lo que fue una de las principales demandas durante el estallido social que comenzó en el país en octubre de 2019.

Así fue como el tema de la brecha social se convirtió en parte fundamental del debate de la campaña electoral de las elecciones presidenciales que le dieron el triunfo al izquierdista Gabriel Boric en 2021.

De qué se trata el "impuesto a los superricos"

El 11 de marzo Boric se convertirá en el nuevo presidente de Chile con un ambicioso programa de gobierno que incluye medidas como poner fin al actual sistema de pensiones, transformar el sistema de salud y aumentar los impuestos con la idea de crear un Estado de bienestar.

Esa agenda "transformadora", que va a requerir una mayor recaudación fiscal, enfrentará una serie de obstáculos como, por ejemplo, la falta de una mayoría en el Congreso, un presupuesto limitado y un bajo crecimiento económico proyectado para 2022.

EL 11 DE MARZO GABRIEL BORIC ASUMIRÁ LA PRESIDENCIA DE CHILE.

Para financiar sus planes Boric ha propuesto una reforma tributaria "con gradualidad y responsabilidad fiscal" que aspira a recaudar un 5% del PIB durante su mandato.

La reforma considera cambios en el impuesto a la renta para las grandes empresas, reducción de exenciones, impuestos verdes, royalties a las grandes mineras, medidas contra la evasión y la elusión, y un impuesto a la riqueza.

Éste último, conocido como el "impuesto a los superricos", afectaría a alrededor del 0,1% de la población.

¿Un golpe a la inversión?

La propuesta de reforma tributaria ha sido blanco de duras críticas.

Quienes se oponen a la idea aseguran que no ha servido para recaudar cantidades significativas de recursos en otras partes del mundo.

LA PROPUESTA DE REFORMA TRIBUTARIA HA SIDO BLANCO DE DURAS CRÍTICAS

"El caso más famoso es el de Francia, donde los millonarios se fueron a vivir a Bélgica. Después se eliminó porque resultó ser inútil", dijo el economista Bernardo Fontaine.

En muchos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) "se ha ido retirando", aseguró Fontaine.

Otro de los argumentos más citados contra la iniciativa es que desincentivará la inversión y, por lo tanto, perjudicará el crecimiento económico.

¿Por qué crear un impuesto a la riqueza?

En la mayoría de los países se gravan los ingresos de las personas y no su riqueza. Esta última incluye, además de los ingresos, activos financieros, propiedades, tierras, yates o cualquier activo que forme parte del patrimonio.

LA DESIGUALDAD SE MANTIENE MÁS CONSTANTE

En países como Chile, Brasil y México, hemos visto que ha bajado la desigualdad de ingresos laborales, pero si agregamos las rentas del capital, la desigualdad se mantiene más constante", le dice a BBC Mundo Ignacio Flores, coordinador para América Latina del World Inequality Database de la Escuela de Economía de París e investigador de la Universidad de Nueva York.

En los mercados financieros, "mientras más dinero tienes, más rápido se reproduce", un fenómeno que hace muy difícil el movimiento de las personas hacia la punta de la pirámide.

"En Chile la movilidad social es bajísima", sostiene el economista, especialmente al llegar al 10% más rico.

Falta de competencia en los mercados

En Chile y Latinoamérica hay niveles más altos de concentración de la riqueza porque en algunos sectores son muy pocos los actores, dice Luis Felipe López-Calva, director regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

"La riqueza nos preocupa cuando viene de rentas por falta de competencia, no cuando es riqueza productiva que genera bienestar para un país", apunta en diálogo con BBC Mundo.

ALGUNOS ASEGURAN QUE LO MÁS EFECTIVO ES
 CREAR UN IMPUESTO A LAS PROPIEDADES

Previo a la discusión que se avecina en Chile sobre cómo aplicar un impuesto a la riqueza, los expertos han estado debatiendo sobre cuál es la mejor manera de gravar esos recursos.

Algunos aseguran que lo más efectivo es crear un impuesto a las propiedades, dado que es muy complejo identificar dónde están los fondos invertidos en los mercados financieros internacionales.

Otros consideran que es factible introducir un tributo que también incluya a los flujos de capital.

"Gran parte de la riqueza es financiera", dice Pablo Gutiérrez, investigador de la Universidad de British Columbia, en Canadá, en diálogo con BBC Mundo.

Frente al argumento de que un impuesto a la riqueza provoca una salida de capitales hacia otros países en los que los inversores pueden conseguir mejores rentabilidades, el economista señala que las personas de alto patrimonio prefieren un país estable, en vez de arriesgarse a buscar retornos en países con ventajas tributarias, pero baja calificación de riesgo.

EL ESTALLIDO SOCIAL DE 2019 EN CHILE PROVOCÓ GRANDES CAMBIOS POLÍTICOS.

"Con un impuesto a la riqueza estás controlando un poco el descontento social", dice Gutiérrez.

"Y aunque es verdad que los empresarios van a tener un retorno menor, a mediano plazo habrá una mayor estabilidad social y sus negocios van a poder crecer".

"A nadie le gusta que le cobren impuestos. A nadie. Pero si se hace de una forma gradual y consensuada, asegurando una mayor estabilidad social, no se van a ir del país".

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