[ PINCHAR LA IMAGEN PARA AMPLIAR ]
ZEUS
FOTO PLAYMOBILLo que hace falta ante todo es considerar el resultado como una opción tan legítima como cualquier otra, y hacer el duelo de la propuesta antigua. Los principios que convocaron a este proceso constitucional siguen vigentes: reconocimiento, dignidad, equidad y justicia. Reconocer, escuchar y comprender el resultado de la votación es fundamental para ponerse a trabajar, con miras a un nuevo proyecto de Carta Magna donde todos, si no la gran mayoría, puedan reconocerse. Esta debe seguir siendo la tarea principal, antes de cualquier otra consideración. .
¿Cuáles deberían ser los principios rectores de una nueva constitución?
La cuestión de fondo. ¿Queremos una sociedad en la que el mercado sea la medida de todas las cosas? ¿O queremos un verdadero contrato social donde lo que no tiene precio tenga Dignidad?
¿Debemos quedarnos con la subsidiariedad del Estado?
¿Deberíamos declararnos a favor de un Estado social de derecho?
1) En el primer caso, la cuestión del pacto social se vuelve superflua, ya que corresponde al mercado asegurar el acceso a las prestaciones y servicios y no al Estado asegurar la dignidad, por derecho, de todos los ciudadanos. En realidad, el concepto de sociedad civil se vuelve en sí mismo obsoleto, el de mercado lo reemplaza. En este sentido, al neoliberalismo no le importan los derechos sociales. El mercado es el principio regulador que, a la larga, hace que la acumulación de riqueza de unos pocos repercuta en toda la población. Vuelva mañana.
Una constitución neoliberal puede consagrar perfectamente el derecho a la vida digna, la educación y la salud por un lado; y por otro, en nombre de una libertad, que no puede ser ni cívica ni política, se trata del derecho subjetivo, negar estos derechos. El juego consiste en hacer pasar el principio de elección y elección, (el derecho subjetivo del particular), por un principio político de la libertad, los derechos del ciudadano. Lo que hace que al final ya no se trata de nuestros derechos en tanto derecho, sino tan sólo de servicios y prestaciones que ofrece el mercado. No hay ciudadanos, sino clientes. No hay gobierno, sino gestión.
¿Qué es lo que no reconoce el neoliberalismo? Que los derechos sociales sean el fundamento de la comunidad política, la res publica. El credo básico sería: el derecho deriva del interés, « deje hacer » al mercado. Pero el interés no produce ninguna disposición por derecho, ya que la ley es la del más fuerte. Para el pensamiento neoliberal la cuestión no está en el poder constituyente. El sector privado no tiene nada que esperar de un proceso constituyente, simplemente no cree en él. La clave no está en lo que sería constituyente, sino en lo que es determinante, el mercado. De ahi la cantinela de « el menor estado posible ».
 |
| « YES WE KANT » |
2) En el segundo caso, el derecho sólo puede provenir de la razón, y es de eso que se encargaría una constitución entendida como pacto social. La declaración universal de derechos. Hay varias maneras de pensar en esto, ya sea según criterios que tienden a asegurar la paz civil, condición para el ejercicio de las virtudes civiles. O según los criterios de la voluntad general, donde la libertad de cada individuo se entienda como la de todos. El soberano no es otra cosa que la unidad política, y no la unidad corporativa de los ciudadanos que lo componen, según un principio universal, fundado en derechos. Esto puede hacerlo posible sólo un contrato o pacto social. Pero este pacto social no es un medio, es la expresión de un fin en sí mismo, aquel que hace posible que lo que no tiene precio, ni valor de mercado —es Kant que habla—, tenga una Dignidad.
Esta conversación no es nueva, viene de la noche de los tiempos, si no de la invención de la Ciudad por los griegos. Encontramos rastros de ello en el Mito de Prometeo: « Entonces Zeus, temiendo que nuestra raza fuera aniquilada, envió a Hermes para que trajera a los hombres la modestia y la justicia para que sirvieran de reglas para las ciudades...».
[ Pinche en la flecha para visionar el video ]
Como dijo la ministra-secretaria general del Gobierno, Camila Vallejo, nunca será una derrota cuando el Soberano se expresa.
« Para nosotros es sumamente importante destacar primero que participaron 13 millones de personas en esta elección, es una elección histórica que demuestra una vocación democrática importante de la cual debemos sentirnos orgullosas y orgullosos, como también de lo que se ha señalado con el triunfo claro y contundente del rechazo a la propuesta constitucional. No era lo que la ciudadanía esperaba y por lo tanto, respetando el mandato inicial de avanzar hacia una nueva constitución, lo que requerimos obviamente es establecer los márgenes de esta segunda oportunidad, para que la ciudadanía pueda realmente definir cuál es su texto, cuál es el texto que los representa a todas y todos y eso es lo que se ha expresado el dia de ayer, y es además lo que nosotros leemos de este proceso electoral. »
Reconocimiento, paridad, dignidad, justicia... ¿dice usted? De qué manera …
Manos a la obra
