mardi 16 décembre 2025

EL RUFIAN FASCISTA O LOS RECUERDOS TRIVIALES DE ERNESTO


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ILUSTRACIÓN RAMIRO ALONSO


 OPUS DOCERE DIGEST ODD 

El rufian fascista o los recuerdos triviales de Ernesto / La derrota es terrible, y no se puede aceptar la respuesta simplona del hermano que se habitu6 a las delicias de granjerías institucionales del sistema neo-liberal, como el salario de 8 millones por mes u otras prebendas, concluyendo que "es necesaria la aceptaci6n cívica y promover una oposición constructiva". Y con esta muletilla continuar la fiesta como si nada hubiera ocurrido.

En estos momentos funestos de triunfo fascista, el dolor quiere que los recuerdos de una vida de entrega, para lograr mejorar el destino del pueblo, comiencen a desfilar en reminiscencias.

Tenia 13 años cuando participaba en la manifestación final de campaña por Allende de 1964, cuyo escenario era el antiguo Parque Cousiño de Santiago. Después de haber "sustraído", a un grupo distraído, una vara de pino con un numero 2 en cartón corcheteado, lo agitaba gritando consignas que no entendía mucho, en medio de la alegría de la multitud.

En los ai'ios posteriores, me integre plenamente a violentos enfrentamientos de estudiantes y pacos para apuntalar una educación enclenque, con noches tirado en los calabozos del "Grupo Móvil", trastienda de la "Patria Joven" de Frei Montalva.

Enseguida la frágil, rápida e inolvidable primavera de amor y alegría del gobierno de Salvador Allende.

Luego las mazmorras, plenas de insectos variados serpenteando los muros de Jose Domingo Canas y la desesperante sensación de haber fallecido en un subterráneo infecto (las baratas sobre el cuello en las noches, una especialidad del recinto). Resucite por una patada en la espalda para encontrarme tendido, amarrado y la vista vendada, envuelto en un perfume de pradera húmeda, que pensé que era mi destino final. Pero no era mas que el antejardin de 4 Álamos y la soledad larga y desconcertante de sus camarotes desvencijados y la mortecina luz solar que entraba por una claraboya.

Continuó el interminable recorrido por los campos de concentración: Tres Álamos y el "terminal pesquero", nombre de código familiar, impuesto por la soldadesca para quienes vivieron ese enorme dormitorio colectivo. A pesar de los enormes esfuerzos colectivos, núnca pudo mantenerse limpio y ordenado, pero sí permanentemente maloliente. Puchuncavi con sus melancólicas y desamparadas laderas resecas; solo animadas por dobles barreras de alambres de puas y en los atardeceres, los lejanos ladridos de perros pastores alemanes que nos custodiaban (¿una señal que nos llega del pasado?). El peso de días interminables  sentado en el polvo esperando  ansiosamente  nada, éstos quedarán etemamente grabados en mi mente.

Posteriormente, vuelta a Tres Álamos y la expulsión caricatural en furgón policial, desde el campo de concentración hasta el aeropuerto, con todos "mis bienes": camisas y pantalones raidos en un bolso deportivo y ademas "mi lujo", es decir, un par de bototos aparatosos obsequiados por una institución religiosa, para no embarcar con alpargatas, hecho que podria redundar aún más en la mala imagen del país. Ese calzado, finalmente, lo regalé a un simpatizante que yo consideré mas esmirriado y triste que yo.

Enseguida Europa y los obsesivos recorridos noctumos de calles desconocidas, con idiomas ininteligibles, gentes hermeticas, ni pega ni destino, solo con esa sensación extraña e irreal de que ya nadie podia arrestarme.

Yo pensaba que este sacrificio fútil, abreviado en su relato y en sus aspectos macabros, era excesivo para una vida corriente y anónima, pero que era el costo necesario para que el fascismo y sus torturadores no acosaran más a nuestro pueblo. Sin embargo, EL RUFIAN FASCISTA, ADORADOR DE LOS TORTURADORES, FUE ELEGIDO DEMOCRATICAMENTE.