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vendredi 19 mai 2023

EL CUCO 2.0

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El cuco 2.0 / Si un medio asegura que mañana lloverá, su público podrá fácilmente corroborar si lo que publicaron era cierto o no asomando su cabeza por la ventana. Pero, ¿qué ocurre con los temas más complejos? ¿Cómo podían saber los chilenos, por ejemplo, si la aprobación del primer retiro de fondos de pensiones iba a terminar con el país en llamas, como en su momento auguró Evelyn Matthei? [OJO DEL MEDIO 👁]

 Marcos Ortiz F., director de Ojo del Medio

«QUE VIENE EL COCO», GRAVURE
DE FRANCISCO DE GOYA (1799)

Si se permite que instituciones poderosas publiquen, circulen y promuevan material sin indicar qué se sabe y qué es un rumor, qué deriva de una fuente confiable y qué es especulación, qué fuentes pueden estar bien informadas y cuáles probablemente no, dañan nuestra cultura pública y todas nuestras vidas”. Las palabras de la filósofa inglesa Onora O’Neill, escritas hace exactas dos décadas y en referencia a la prensa de su país, parecen tener total validez 20 años después del otro lado del Atlántico.

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Un buen debate público no solo debe ser accesible para sus audiencias, sino también evaluable por ellas”, agrega O’Neill. “La prensa es experta en hacer accesible el material, pero errática en hacerlo evaluable”. En otras palabras, si un medio asegura que mañana lloverá, su público podrá fácilmente corroborar si lo que publicaron era cierto o no asomando su cabeza por la ventana. Pero, ¿qué ocurre con los temas más complejos? ¿Cómo podían saber los chilenos, por ejemplo, si la aprobación del primer retiro de fondos de pensiones iba a terminar con el país en llamas, como en su momento auguró Evelyn Matthei?

De aquí al 4 sept. se enviarán centenares de cartas al director esta hoy en El Mercurio. Será decisión del diario ver si se publican o no. ¿Son estas mentiras apenas una "opinión" del lector? De nada sirve un Polígrafo sin en páginas  editoriales se publican este tipo de mentiras.
RECORTE DE PRENSA
DE « EL MERCURIO »
DEL 17 DE MAYO DE 2023

Esta columna ve la luz tras la publicación en El Mercurio de una carta al director firmada por Axel Kaiser –quien también oficia de columnista estable de ese medio– en la que elabora un resumen de 21 hechos que a su juicio ocurrirán en caso de ser aprobado el nuevo texto constitucional redactado por la Convención. Para hacerse una idea, entre lo más suave que señala es que “se acaba todo límite al aborto”. Mentira, mala fe, llámelo como usted quiera.

La misiva, que inmediatamente fue compartida por convencionales de derecha y grupos rechacistas, fue publicada por El Mercurio de manera íntegra y sin ninguna aclaración, rectificación o desmentido. Si bien el diario aclara que se guarda el derecho de “seleccionar, extractar, resumir y titular” las cartas, este parece no haber si el caso y toda la discusión se trasladó a redes sociales, donde se convirtió rápidamente en tendencia.

RECORTE DE PRENSA
DE « EL MERCURIO »
DEL 18 DE MAYO DE 2023

La misiva, que inmediatamente fue compartida por convencionales de derecha y grupos rechacistas, fue publicada por El Mercurio de manera íntegra y sin ninguna aclaración, rectificación o desmentido. Si bien el diario aclara que se guarda el derecho de “seleccionar, extractar, resumir y titular” las cartas, este parece no haber si el caso y toda la discusión se trasladó a redes sociales, donde se convirtió rápidamente en tendencia. A diferencia de la noticia falsa difundida por el senador Felipe Kast ese mismo día –y que El Mercurio sí desmintió en su sección El Polígrafo– las aseveraciones derechamente mentirosas de Kaiser no tuvieron ningún tipo de rectificación.

¿Hasta qué punto las opiniones vertidas por un “lector” pueden contener aseveraciones derechamente falsas? ¿Habría publicado El Mercurio una carta del mismo tono, pero incluyendo mentiras que favorecen a la opción Apruebo? ¿Hasta dónde llega la libertad de expresión? Citando –una vez más– a O’Neill, “los clásicos argumentos en favor de la libertad de prensa no significan una prensa con un poder que no rinde cuentas. Una prensa libre puede y debe rendir cuentas. Responsabilidad no significa censura, sino que previene la censura”.

 ILUSTRACIÓN RAMIRO ALONSO

Hace justo un año, Daniel Matamala publicaba en La Tercera una columna titulada “Que viene el cuco”. En ella, el periodista enumeraba una larga lista de argumentos alguna vez esgrimidos por las elites empresariales en las que auguraban un negro futuro para el país si no se hacía lo que ellas proponían. El no a Hidroaysén sería sinónimo de apagones, con el aborto en tres causales se terminaba la Teletón y el impuesto a la minería terminaría con esta industria en el país.

Lo que une a todas estas predicciones apocalípticas no es solo que provienen de los mismos grupos de siempre, sino también que gozan de un espacio desmedido en medios que no contrapreguntan lo suficiente. “Los opositores al cambio utilizan de manera estentórea los diarios y canales de TV que son parte de ese poder oligárquico en Chile”, argumentó hace pocos días Gonzalo Martner en una columna en El Mostrador.

Chile vive y vivirá hasta el plebiscito de salida una andanada de noticias falsas y paradójicamente quienes más serios dicen ser y más dicen combatirlas parecen estar entre quienes más tribuna les dan a quienes las emiten. Según un reciente estudio de la plataforma Telar, el 80% de las noticias falsas o imprecisas respecto del trabajo de la Convención Constitucional son desfavorables a ella. Y si bien en su gran mayoría estas falsedades dicen relación con aspectos personales de los constituyentes o con la administración de la Convención, el estudio asegura que los ataques al contenido del borrador de la Convención van en aumento.

¿Qué podemos hacer?, nos preguntó alguien hace un par de días luego de haber levantado la voz por los pronósticos de Kaiser. Lo primero, creemos, es dar todas las batallas posibles contra la desinformación, sea esta de uno u otro lado. Lo que está en juego para el país es demasiado importante como para que la nueva Constitución sea aprobada o rechazada en base a mentiras.

¿Qué podemos hacer?, nos preguntó alguien hace un par de días luego de haber levantado la voz por los pronósticos de Kaiser. Lo primero, creemos, es dar todas las batallas posibles contra la desinformación, sea esta de uno u otro lado. Lo que está en juego para el país es demasiado importante como para que la nueva Constitución sea aprobada o rechazada en base a mentiras. La última vez que Chile votó una Carta Magna fue en un plebiscito trucho y sin prensa libre. Hoy, cuando las garantías están dadas para un proceso transparente, con multiplicidad de voces opinando y luego de un proceso constituyente inéditamente participativo, no podemos seguir creyendo en la venida del cuco.

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