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GLADYS MARÍN |
[Extracto de biografía]1978: El regreso clandestino de Gladys Marín a Chile / El siguiente texto corresponde a 'Gladys Marín. Una vida revolucionaria' (Ediciones B, 524 págs.), del historiador español Mario Amorós. El lanzamiento de este libro será este miércoles 5 de marzo a las 19 horas en la explanada del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
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Iinterferencia
por Mario Amorós Martes, 4 de Marzo de 2025
El sábado 3 de junio de 1978, Gladys Marín ingresó a Chile en un autobús de línea regular desde Mendoza, por el túnel de Las Cuevas, con un pasaporte español, con ropa y maleta compradas en Madrid y acompañada por una militante del Partido Comunista argentino cuya identidad jamás conoció. En un momento del trayecto la policía subió a chequear a los pasajeros y sintió temor, pero lograron atravesar la frontera sin contratiempos. En esos instantes aquella joven le preguntó qué sentía, cuando cuatro años después volvía a experimentar las sensaciones de estar en su patria. «“Nada”, le contesté, porque era como que nunca hubiese salido de Chile, como que todo hubiera sido un paréntesis», explicó en 2003. «Es que amo a mi patria como diablo».
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PARTE DEL COMITÉ CENTRAL DE LAS JUVENTUDES COMUNISTAS DE CHILE (JJCC) MARCHA DEL 17 DE ENERO 1973. ALEJANDRO ROJAS PRESIDENTE DE LA FECH, GLADYS MARIN, DIPUTADA y SECRETARIA GENERAL DE LAS JJCC, Y JOSÉ WEIBEL, SUBSECRETARIO GENERAL DE LAS JJCC. FOTOGRAFÍA ORIGINAL EN ARCHIVO COPESA, EN BN. COLORIZADA POR @JAVIER_DUHARTES |
► À penser en dessin : FENÊTRE SUR COUR
Dos días después, la dirección interior remitió este mensaje a la Comisión Política en el que confirmaba su llegada con su nombre clandestino: «Instalación de Alberto, exitosa, sin peligro. No utilizó hotel. Cuenta con instalación, reservas, punto de apoyo, lugar de bajada, buzón. (…) Cruce normal, salvo retraso por nevazón».
Regresaba a Chile justo cuando se desarrollaba la «huelga de hambre larga» de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) como respuesta al Decreto Ley nº 2.191 de amnistía, en vigor desde el 19 de abril, que era el intento más perfeccionado de la dictadura para sellar la impunidad de los responsables del secuestro y la desaparición de sus seres queridos. Aquella protesta había empezado el 22 de mayo y se prolongaría hasta el 8 de junio, cuando, ante su impacto internacional, el régimen se comprometió con la Iglesia católica a dar una respuesta sobre la situación de los detenidos desaparecidos. Sin embargo, solo siete días después el ministro del Interior, Sergio Fernández, en un discurso transmitido por cadena nacional, aseguró que carecían de antecedentes.
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TAPA Y CONTRATAPA |
El 22 de junio, Manuel Cantero, quien había llegado al país a fines de abril o principios de mayo, envió su primera comunicación a la dirección exterior: «La entrada de ambos se efectuó sin novedad, normalmente. Estamos bien de salud y comenzamos a trabajar junto a Pablo. Sin embargo, la infraestructura que encontramos para nuestra actividad es débil, poco segura y no reúne todas las condiciones indispensables para ello. Por ello, nuestra primera tarea ha sido la de crear una infraestructura adecuada apoyándonos en un equipo reducido que encabezará Roberto, que llegó enfermo y tendrá que someterse a una operación a la vesícula». Se refirió también a las necesidades económicas que el trabajo en el interior requería y, en cuanto a la coyuntura nacional, a la «heroica huelga de hambre» de la AFDD y la respuesta de la dictadura: «Exigiremos el castigo ejemplar para los responsables de estos crímenes, empezando por el propio Pinochet».
El 7 de julio, otro mensaje informó que Cantero y ella habían acudido a una reunión de la dirección interior y que había existido preocupación por su seguridad en Argentina porque pudo ser reconocida. El regreso de ambos y en 1977 el de Óscar Riquelme era la «primera gran derrota» que los comunistas propinaban a la dictadura. Abrieron así camino al progresivo retorno de otros dirigentes aquel mismo año, como fue el caso de Eliana Araníbar para reorganizar las JJCC, y al fortalecimiento del que a partir de entonces sería conocido como el Equipo de Dirección Interior (EDI), que Gladys Marín encabezó y que estaba integrado por ellos tres y Guillermo Teillier como suplente.
Hasta su llegada el responsable político en el interior era Nicasio Farías (Roberto o Héctor), quien entonces se encontraba en Moscú y a su vuelta pasó al equipo de infraestructura («la Infra»), cuya labor fue determinante para evitar que la dictadura volviera a golpear al núcleo dirigente.
Aquella Operación Retorno ya había tenido un costo elevado, puesto que el 16 de mayo de 1977 Ricardo Ramírez, Alexei Jaccard y Héctor Velásquez fueron detenidos en Buenos Aires por la DINA, con la complicidad de los organismos represivos locales, junto con cinco ciudadanos argentinos del Comité de Solidaridad con Chile. Habían llegado a fin de preparar las condiciones materiales necesarias para el regreso de los dirigentes y retomar el envío de la ayuda económica al interior.
«Algunos logramos traspasar la barrera gracias a la compartimentación, pero, producto de las caídas, cuando llegamos nos encontramos sin nada», explicó Gladys Marín en 1999. «Llegamos pensando que teníamos contactos, pero no era así. Llegábamos a las casas de los compañeros y algunos no nos querían recibir, y yo los entiendo, ya que era una época de terror. En mi primer día en Chile, llegué a la dirección indicada, pero me miraron la cara y me dijeron: “Puede estar aquí una hora y luego se va”. Y tuve que partir con mi maleta».
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¿Dónde está Julia Chuñil? Grafica pititore_artecuma |
En este artículo Personas: Gladys Marín Mario Amorós