EL ALCALDE DE RECOLETA, DANIEL JADUE |
En el escritorio del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PCCH), resalta un hándala -el dibujo de un niño descalzo, que mira los abusos y la violencia en Palestina- y una foto de 1971 de Salvador Allende, que hace 12 años le regaló un vecino al llegar al Municipio, emblemas de las dos causas que lo movilizan.
Jadue está distinto. Lo afectó el deceso de Guillermo Teillier y por ello señala que “es un momento duro para el Partido Comunista”. Pese a ello, no elude las críticas al Presidente Boric por “no estar a la altura de los 50 años del golpe de Estado”, ni evita su autocrítica al PCCH y a la izquierda por “desconectarse del pueblo” y permitir el avance de los Republicanos. Cuestiona a la “ultraderecha” y comenta que “se echa de menos el liderazgo dialogante y sin odios” de Mario Desbordes, Pablo Longueira y Joaquín Lavín. Y advierte: “No tengo duda de que Camila (Vallejo) en algún minuto, va a llegar a ser una lideresa principalísima, no solo del partido, sino que del país”. Además, en esta entrevista con El Mostrador destaca el legado de Allende, se indigna con la invitación a Tania Brugera, desliza críticas al Frente Amplio, a Camilo Escalona, y aborda con El Mostrador las dos investigaciones penales del Ministerio Público donde lo indagan.
-¿Qué destaca del legado de Guillermo Teillier tras casi 20 años en la cabeza del PCCH?
-El legado de Guillermo trasciende su periodo como presidente del PCCH, tiene que ver con su vida. Fue un militante histórico, que asumió todas las responsabilidades que el partido le encomendó de modo ejemplar; con las convicciones que permiten que el partido se desarrolle, con todas las formas de lucha legales, sufriendo la clandestinidad y tortura, y con los años de gloria con los gobiernos en que el PCCH fue parte. Él, además, tuvo una responsabilidad tremenda, encabezar el aparato de autodefensa del partido, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y de enfrentar a un gobierno ilegítimo que masacraba a la población, en particular a los comunistas. Al término de la dictadura, Guillermo es de esa generación que pone PCCH de pie, tras 17 años de represión, y llevó al PCCH a ser un actor político principalísimo, junto con Gladys Marín, Volodia Teitelboim, Lautaro Carmona.
-Ustedes tuvieron varias polémicas. ¿Hicieron las paces? ¿Le haría alguna crítica?
-No es efectivo que hayamos tenido grandes diferencias en el último tiempo. Y nunca estuvimos distanciados. Las diferencias que se vierten al interior del partido son absolutamente normales, comunes y corrientes, pero una vez que se toman las decisiones, todos tenemos la misión de realizar la tarea del partido.
-¿Quién debería ser el sucesor de Teillier en el partido?
– Nosotros tenemos estatutos, formas y procedimientos, y nos damos tiempo para eso. El liderazgo interino lo asumió Lautaro Carmona, tal como Guillermo lo hizo cuando falleció Gladys Marín. Eso se prolongará hasta el próximo pleno del Comité Central, donde se van a completar las autoridades unipersonales del partido, incluyendo al secretario general, y el próximo Congreso Nacional del PC, convocado para después del plebiscito de salida del proceso constitucional, zanjara una línea política. Ese día marcará un punto de inflexión para definir una política, definirlo antes del plebiscito sería poco lógico e inoficioso.
-¿Qué virtudes debería tener su sucesor?
-Un trabajo colectivo, por sobre todo, y apego a la línea y carácter del partido, que va a definir el Congreso Nacional, porque la línea del PCCH y el perfil de los cuadros de dirección, son discusiones que se darán ahí.
-Después de sacar la segunda mayoría en el Comité Central, ¿Se siente respaldado por el partido o distanciado de algunos cuadros?
-Eso es de otros partidos, de lotes, de partidos de carácter burgués. En un partido revolucionario esa discusión jamás se da. Las votaciones son una cosa, las decisiones políticas de la dirección comunista son más complejas que en otras formas de tomar decisiones. Los votos de primera mayoría (Camila Vallejo) y de segunda mayoría no son lo más relevante. Uno podría creerse con mayor derecho a dirigir por haber sacado una mayoría, comparado con cuadros históricos como Teillier o Carmona. El Comité Central tiene 96 cuadros paritarios, donde hay actores públicos y actores sin imagen pública. Entonces usted no va a competir, en una elección universal, entre los que tienen un cargo público con los que no lo tienen.
-¿Existe presión interna por una renovación generacional en la directiva? Karol Cariola habló en CNN de abrirse a nuevas generaciones y paridad.
-El PCCH ya es un partido paritario. Si alguien está demandando paridad es porque no está al tanto de lo que ha acontecido en el PCCH. Y el partido nunca ha tenido problema ni con los distintos géneros, ni con la edad. Somos el primer partido que logró una bancada de diputados y diputadas con un 33% de mujeres menores de 30 años. No hay otro partido que abriera la puerta a las nuevas generaciones como comunista. Somos el primero que tuvo presidenta y secretaria general, mujer (Gladys Marín). Tenemos un cúmulo de compañeras lideresas, no sólo en el último tiempo, desde la lucha contra el voto censitario y por el universal, en la lucha por el divorcio, por la igualdad de los hijos, el acceso a la universidad, la igualdad salarial. Tuvimos una tremenda mujer presidenta de la CUT. Distinto es que no tengamos ese amor irracional por lo nuevo que plantea el neoliberalismo. Y el PCCH siempre ha valorado significativamente la experiencia de los cuadros mayores.
La figura de Vallejo
-¿Cómo ve a los ministros del Trabajo, Jeannette Jara, y de Educación, Nicolás Cataldo?
-Son personas completamente competentes, muy capaces, trabajadoras y muy aplicadas. Y están asumiendo las tareas más complejas que puede haber en el aparato del Estado. Por lo tanto, los miro con mucho respeto y con admiración por el rol que juegan a nombre del Partido Comunista.
-¿Y a Camila Vallejo? ¿Cree que es la mejor escudera de Boric del equipo original?
-Yo no ocupo estas caricaturas que inventan los medios para estigmatizar a determinada persona. Camila es una gran mujer, una gran profesional, una gran ministra y cumple el rol que en este sistema político le toca cumplir al cargo que ostenta y creo que lo hace de muy buena forma.
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-¿Hay que cuidar su futuro?
-El futuro de Camila, pero por cierto. No tengo duda de que Camila, en algún minuto, va a llegar a ser una lideresa principalísima, no solo del partido sino que del país.
-¿Cuál es su reflexión frente a su aventura presidencial a la luz del tiempo?
-Déjeme decirle, con mucho respeto, que noto un dejo despectivo cuando usted dice su aventura presidencial, porque no fue ninguna aventura. Usted le tendría que preguntar a los miles de chilenos que durante más de dos años, cuando les consultaban quién quería que fuera presidente, ponían a Daniel Jadue. Esa decisión no la tomó el partido ni la tomé yo, sino que la impuso la gente de un sector determinado del país y creo que fue una muy buena experiencia.
-Llamémosla experiencia entonces.
-Tremenda experiencia, con mucho aprendizaje y que denota el protagonismo que el PCCH y los comunistas logramos tener a más de 40 años de la dictadura. Fue una candidatura que asumí con mucha responsabilidad, con el orgullo de ser designado por mi partido y orgulloso de que la gente haya instalado la idea de que yo pudiera ser una carta presidencial, cosa que nunca se me pasó por la cabeza en mi vida.
-¿Volverá a ser candidato presidencial o prefiere un cargo en el Congreso?
-Tengo más distancia de las tareas reflexivas que de las ejecutivas, pero no son decisiones que pueda tomar uno solo cuando se es parte de un colectivo hace 30 años. Esa discusión se dará en el minuto pertinente. Por lo tanto, será el pueblo de Chile el que defina quiénes son los liderazgos a los cuales va a seguir. Tomando esa consideración, el partido definirá dónde dispone a los cuadros que tiene para poder seguir corriendo los límites de lo posible, en un país que vive una involución conservadora dura. Soy un cuadro disponible para lo que el PCCH decida.
-¿Cuál es su evaluación de la marcha del gobierno del presidente Boric? ¿Está conforme?
-No se puede soslayar, al evaluar al gobierno, que hay una derecha absolutamente obstruccionista en el Congreso. Boric se ha empeñado en cumplir su programa, pero no tiene los votos suficientes en el Congreso. La derecha cambia de opinión todos los días, con odio. Un día quiere resolver cosas que cuestan plata, al otro se niega a discutir una reforma tributaria. Y engaña a la gente al decir que se podrían resolver los problemas con menos plata. En ese marco, el gobierno tiene logros. El aumento del salario mínimo, el plan de emergencia habitacional, la firma de Escazú, el copago cero en salud. ¿Quién negaría que subir las pensiones a $250.000 es bueno? Pero los votos no están. Con esta oposición va a ser bien poco lo que se logre avanzar. También tengo diferencias cómo en el TPP11, la militarización de La Araucanía.
-¿Si la derecha no acepta el programa, sin mayoría queda resignarse?
-No. Hay un cúmulo de cosas que se pueden hacer que no pasan por el Congreso y el Gobierno puede seguir corriendo el cerco de lo posible sólo con gestión, como se hizo el Plan de Búsqueda. Abaratar la vida de la gente no requiere necesariamente pasar por el Congreso. Las farmacias y ópticas populares del programa podrían realizarse sin cambios legislativos.
-¿Y reforzar la gestión es mejor que buscar un consenso?
-Depende. Cuando el consenso te saca del programa, hay que dedicarse a la gestión. Uno tiene dos opciones: respetar su programa y que den explicaciones los que se niegan o cambiar el programa para ver qué cosas se pueden aprobar, pero en la reforma tributaria la derecha decía que cinco era mucho, después que 4.2 era mucho, que 2.7 era mucho. Y hoy dicen que no quieren subir ningún impuesto. Con esta derecha es poco lo que se puede dialogar y lo están demostrando en la Convención Constitucional. El problema de la derecha es que no le gusta el consenso en el Parlamento. Le gustan los arreglines por fuera.
“A Marcel lo veo más débil”
-El socialismo democrático se sumó a un gobierno de Apruebo Dignidad y hoy aparece copando los principales espacios de poder. ¿Qué opina?
-Eso es un dato de la causa. Es más, me llamó mucho la atención un comentario que hizo Camilo Escalona, que dijo que ellos no eran parte del gobierno de Boric, ellos eran el gobierno de Boric. Me pareció arrogante, prepotente y fuera de foco, fuera del marco de una relación de una coalición de gobierno, pero nadie podría dudar que ellos hoy juegan un rol principal. El socialismo democrático es parte fundamental y un ancla dentro del gobierno. Y eso lo define el Presidente, porque toma conciencia de los obstáculos que tiene en el programa. Una de las cosas que se aprendió del gobierno de la Unidad Popular es que para hacer reformas uno necesita mayoría.
-¿Cómo ve a Mario Marcel en Hacienda y a Carolina Tohá en Interior?
-A Carolina Tohá la veo bastante bien, muy empoderada y avanzando sobre todo en los temas de seguridad, creo que ha tenido un éxito rotundo. A Mario Marcel lo veo más débil, porque el Presidente lo puso ahí porque era el que más iba a poder dialogar con la derecha. Pero le han dado portazo tras portazo, debe estar muy aproblemado Marcel. Se suponía que era el ministro que tendía los puentes y sus puentes están… (No termina la frase)
-¿Cree que resulte el pacto fiscal y la reforma de pensiones?
-Deseo y espero que resulte y que la derecha se allane a estos acuerdos, que se le permita a la gente volver al IPS. La derecha está borracha de poder viviendo un supuesto minuto de gloria, porque creen que el 62% del 4 de septiembre es de ellos y que ese porcentaje que eligió a los republicanos, ideológicamente, es de ellos. Se equivocan.
El caso fundaciones
-¿Cuál es su análisis y cuánto afectó al gobierno el caso Fundaciones?
-Hay que llevar a la cárcel a cualquiera que se haya llevado un peso para la casa. Y habrá que hacer los cambios legales necesarios. Ahora, esto es un tema histórico. Hay fundaciones mucho más cuestionadas que Democracia Viva. Solo le voy a recordar a la derecha Cema Chile, para que tengan un poco de humildad y consistencia en la crítica. Y es injusto hablar de “caso fundaciones”, un conjunto de estas hacen una tarea notable. ¿Alguien tiene algo que decir de la Fundación Arturo López Pérez o contra la Fundación Techo para Chile? La derecha logró inmovilizar un par de semanas al Gobierno. Tras la salida del ministro Jackson, el Gobierno retomó la agenda y ha dejado que la derecha se ponga más a la derecha que la más tradicional y moderna. Uno empieza a echar de menos a los liderazgos más dialogantes que la derecha tuvo en otros tiempos.
-¿A quién echa de menos de la derecha dura?
-No. Déjeme decirle que no he hecho de menos a nadie (ríe), pero uno puede pensar, por ejemplo, en Mario Desbordes, un liderazgo de derecha muy dialogante. Incluso, Pablo Longueira o Joaquín Lavín son liderazgos de gestos, acuerdos, gente que no está llena de odio. Uno puede tener todas las diferencias del mundo con ellos, pero no traspasan determinados límites. A ninguno de ellos los vaa a ver prejuzgando, tratando de destruir la honra de personas. Tenemos diferencias. Fueron, desde mi perspectiva, cómplices de una dictadura feroz, pero en los últimos años mostraron una disposición al diálogo político y que hoy se ve poco. Uno nunca podrá aceptar cosas que Pablo Longueira hizo cuando estaba en el Ministerio con la Ley de Pesca, pero dialogaba.
-¿Qué explicación tiene para el avance de republicanos?
-Yo soy muy autocrítico. Para mí hay un conjunto de variables en el avance de la extrema derecha, desde el desfondamiento del centro. La centroizquierda como la centroderecha han gobernado 30 años y no han resuelto ningún problema de la sociedad. Entonces la gente empieza a mirar, en ambos lados, posiciones que son más contestatarias. Cuando no hay una izquierda fuerte y hay una derecha que parece contestataria, pegando combos, la gente se identifica con ellos. El grave error de los republicanos es que creen que la gente es conservadora, pero lo que la gente ve es que ellos logran identificarse con la rabia contenida y con la indignación. La ciudadanía está indignada y por eso fluctúa, en este escenario líquido, de una posición a otra, buscando lo más contestatario. Es un refugio para su indignación.
-¿Para el oficialismo es posible vencer a republicanos en los próximos comicios?
-Absolutamente. Soy el alcalde de Recoleta, donde viven chilenos como en el resto del país, pero acá el 65% votamos por comunistas y tenemos 2/3 del Consejo Municipal. Acá hay un trabajo de base y un Partido Comunista que está disputando el sentido común todos los días, no sobreinstitucionalizado, sino acompañando a la gente en su vida cotidiana. Soy muy autocrítico. La ultraderecha avanza porque la izquierda no hace su pega y se alejó del pueblo. Porque la izquierda no se une, porque está muy permeada por el neoliberalismo. La izquierda, con este discurso de la autonomía de los movimientos sociales, elaboró un discurso antipolítica que desmovilizó a los de izquierda que son antipartidos. Muchos de los que hoy están en La Moneda, hace 20 años eran antipartidos. Y tuvieron que formar partido y meterse a la institucionalidad para llegar al gobierno. La izquierda tiene que vivir un proceso de maduración y reconectar con el pueblo, con la vida cotidiana de la gente a la que dice representar. Tenemos que preocuparnos de que la izquierda haga su pega.
-¿A la izquierda le falta reconectar con el pueblo, el electorado y disputar el sentido común?
-Cuando la ultraderecha avanza es porque la izquierda no hace su pega, le falta reconectar con la ciudadanía, se desconectó del pueblo y debe disputar el sentido común. La izquierda está disfrutando de los beneficios de ser parte del Estado y se ha alejado del pueblo al cual dice representar.
“El Gobierno de Boric no ha estado a la altura de los 50 años”
-¿La conmemoración del Gobierno por los 50 años del golpe le parece que cumple el estándar del legado de Allende?
-Creo que no. El Gobierno cometió un error garrafal, primero, en poner a cargo de esto a una persona que sencillamente relativizó el golpe de Estado y sus consecuencias. Nadie que pudiera estar a cargo de esta conmemoración podría repetir ni en broma que el apoyo al golpe es opinable. El Gobierno del Presidente Boric no ha estado a la altura de los 50 años. No sé si alguien podría haberlo estado. Es muy complejo porque, además, hay deudas en verdad, justicia, reparación, memoria, de un compromiso. Cuando se llega a los 50 años del golpe con tantas deudas no hay nadie que pueda ponerse a la altura de lo que no se ha hecho. Hubo innumerables errores del Gobierno, nunca conocimos un plan, no hubo un plan a tiempo, se actuó tardíamente. Nosotros en Recoleta en septiembre del año pasado estábamos preparando los 50 años con delegados internacionales de más de 50 países.
-¿Cuál es el legado de Allende que se va a conmemorar?
-La convicción más profunda de la democracia, que no la compartió en su período ningún otro actor más que el Partido Comunista. Allende era un demócrata. Segundo, su amor infinito por el pueblo. Tercero, las mejores políticas públicas que la historia de Chile recuerda. ¿Ve el edificio que está ahí? Esas son las viviendas sociales que construía Allende, de 80 metros cuadrados, nunca la hemos tenido que cubrir de nylon, ni demoler por estar mal construidas. Y construyó 139 mil en mil días y cerca de 200 mil dejó en construcción. El medio litro de leche, la apertura de la universidad a los hijos de la clase trabajadora, la política cultural que mantuvo. Nunca los sectores populares tuvieron más acceso a la cultura que en época de Allende, para qué decir el acceso a la salud, para qué decir las cifras económicas. El desempleo más bajo y la producción más alta también en su primer año. Y la capacidad adquisitiva de los sectores populares. Si el gobierno de Allende hubiera sido tan malo, no habría sido necesario hacerle un golpe. Habría perdido la elección siguiente.
-¿Qué diría Allende como demócrata de la situación en Cuba, Nicaragua o Venezuela?
-No soy quién para ponerme en la mente imposible de dimensionar de Allende. Lo que sí le podría decir es que estaría en contra del bloqueo, de la intervención, que nunca hubiera aceptado el robo a mano armada que le han hecho a los procesos que han tratado de salirse del neoliberalismo de los norteamericanos y que seguramente no estaría apoyando sanciones a ningún pueblo.
-¿Y qué le parece que el Museo de la Solidaridad Salvador Allende traiga a Tania Bruguera?
–Es una traición a Allende. Porque cuando uno ve los postulados, lo que ella escribe en su blog, lo que escriben los que la apoyan y la relación privilegiada que ella tiene con el gobierno norteamericano en su intervención contra Cuba, en el bloqueo, llama la atención que el Museo de la Solidaridad Salvador Allende traiga un aliado incondicional de quien asesinó a Allende. Traer un aliado incondicional de quien asesinó a Allende legítima lo que le hicieron. Yo no lo podría tolerar.
“La donación llega un año y medio después de la licitación. Y se hace a través de la Ley de Donaciones”
-Usted y Recoleta están siendo investigados a partir de una donación de $50 millones de Itelecom a la Corporación Cultural para financiar el Festival Womad. La donación ocurrió mientras Itelecom y Recoleta comenzaban una licitación. ¿Cómo lo explica?
-Eso no es efectivo, esa información no es correcta. La donación llega un año y medio después de eso y se hace a través de la Ley de Donaciones Culturales, que está hecha para tal efecto. Un diario ha tratado de relacionarla con otra cosa para generar un montaje, que es algo completamente diferente. La ley de donaciones culturales se ha hecho para que las empresas que operan en los territorios colaboren con los territorios. Y esa donación está hecha con todos los mecanismos legales que existen. De hecho, esa investigación lleva más de dos años y nunca he sido ni siquiera requerido para declarar. Y varios de los que están involucrados, asesores de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, y otros personajes de la UDI, alcaldes de la UDI, están en prisión preventiva y formalizados. Y los juicios están llegando a su fin. Nunca he tenido que ni siquiera responder. Y quisiera recordar que, a diferencia de la derecha, que votó en contra del levantamiento del secreto bancario, mi secreto bancario y mis cuentas de correo electrónico, tanto institucionales como personales, fueron abiertas desde el primer día que empezó la investigación, un 4 de enero de 2021, cuando yo era precandidato presidencial.
-También hay otra investigación, a partir de declaraciones del comisionista César Ramírez, de Best Quality, proveedor de la Asociación Chilena de Farmacias Populares (Achifarp) sobre una donación de cerca de 20 millones en insumos médicos a su Partido. ¿Cuál es la estrategia de defensa?
-Lo primero que debo decir es que esa es una investigación también larga. Y esta acusación surge después de que a las personas que le vendieron a Achifarp, no se les pudo pagar por la quiebra que ellos mismos pidieron de Achifarp. Por lo tanto, esta acusación es un invento y un montaje, que tiene que ver con generar daño a una institución compuesta por más de 90 municipios, que no logró responder en tiempos de pandemia a una compra con un sobreprecio tremendamente abultado. Alguien que se quería hacer millonario en pandemia con el dolor de la gente. Y además, nunca quiso negociar, y están las pruebas de todas las posibilidades de pago que le ofrecimos.
-¿Cuál sería la motivación de Best Quality para eso?
-Su intención era liquidar al Achifarp y dañar al presidente de su directorio, que soy yo. Esa donación nunca existió. Yo nunca conversé con ellos, no los conozco. Las fotos que hay son fotos de gente, como pasa muy a menudo, que llega a la Municipalidad a pedir fotos conmigo, y en esa época yo era precandidato presidencial. Entraron un segundo a la foto y ha sido completamente mal utilizada, y es con el mismo medio que lleva esta campaña de desinformación. Pero tampoco he sido llamado a declarar siquiera.
-¿Y en relación a las escuchas telefónicas donde lo mencionaría Ramírez?
– Mire, no he tomado conocimiento de ninguna escucha telefónica. Las que hay no me comprometen a mí, no son mías en particular. Y no tengo información al respecto, porque además son carpetas que fueron secretas durante todo el tiempo de la investigación. Creo que esto tiene un móvil completamente distinto, que la gente ya lo percibe. Lo vimos hace poco. Yo, según ese diario, ya estaba formalizado y sentado en el banquillo de los acusados, y nada de aquello ha acontecido.En el escritorio del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), resalta un hándala -el dibujo de un niño descalzo, que mira los abusos y la violencia en Palestina- y una foto de 1971 de Salvador Allende, que hace 12 años le regaló un vecino al llegar al Municipio, emblemas de las dos causas que lo movilizan.
Jadue está distinto. Lo afectó el deceso de Guillermo Teillier y por ello señala que “es un momento duro para el Partido Comunista”. Pese a ello, no elude las críticas al Presidente Boric por “no estar a la altura de los 50 años del golpe de Estado”, ni evita su autocrítica al PCCH y a la izquierda por “desconectarse del pueblo” y permitir el avance de los Republicanos. Cuestiona a la “ultraderecha” y comenta que “se echa de menos el liderazgo dialogante y sin odios” de Mario Desbordes, Pablo Longueira y Joaquín Lavín. Y advierte: “No tengo duda de que Camila (Vallejo) en algún minuto, va a llegar a ser una lideresa principalísima, no solo del partido, sino que del país”. Además, en esta entrevista con El Mostrador destaca el legado de Allende, se indigna con la invitación a Tania Brugera, desliza críticas al Frente Amplio, a Camilo Escalona, y aborda con El Mostrador las dos investigaciones penales del Ministerio Público donde lo indagan.
-¿Qué destaca del legado de Guillermo Teillier tras casi 20 años en la cabeza del PC?
-El legado de Guillermo trasciende su periodo como presidente del PC, tiene que ver con su vida. Fue un militante histórico, que asumió todas las responsabilidades que el partido le encomendó de modo ejemplar; con las convicciones que permiten que el partido se desarrolle, con todas las formas de lucha legales, sufriendo la clandestinidad y tortura, y con los años de gloria con los gobiernos en que el PCCH fue parte. Él, además, tuvo una responsabilidad tremenda, encabezar el aparato de autodefensa del partido, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y de enfrentar a un gobierno ilegítimo que masacraba a la población, en particular a los comunistas. Al término de la dictadura, Guillermo es de esa generación que pone PCCH de pie, tras 17 años de represión, y llevó al PCCH a ser un actor político principalísimo, junto con Gladys Marín, Volodia Teitelboim, Lautaro Carmona.
-Ustedes tuvieron varias polémicas. ¿Hicieron las paces? ¿Le haría alguna crítica?
-No es efectivo que hayamos tenido grandes diferencias en el último tiempo. Y nunca estuvimos distanciados. Las diferencias que se vierten al interior del partido son absolutamente normales, comunes y corrientes, pero una vez que se toman las decisiones, todos tenemos la misión de realizar la tarea del partido.
-¿Quién debería ser el sucesor de Teillier en el partido?
– Nosotros tenemos estatutos, formas y procedimientos, y nos damos tiempo para eso. El liderazgo interino lo asumió Lautaro Carmona, tal como Guillermo lo hizo cuando falleció Gladys Marín. Eso se prolongará hasta el próximo pleno del Comité Central, donde se van a completar las autoridades unipersonales del partido, incluyendo al secretario general, y el próximo Congreso Nacional del PC, convocado para después del plebiscito de salida del proceso constitucional, zanjara una línea política. Ese día marcará un punto de inflexión para definir una política, definirlo antes del plebiscito sería poco lógico e inoficioso.
-¿Qué virtudes debería tener su sucesor?
-Un trabajo colectivo, por sobre todo, y apego a la línea y carácter del partido, que va a definir el Congreso Nacional, porque la línea del PCCH y el perfil de los cuadros de dirección, son discusiones que se darán ahí.
-Después de sacar la segunda mayoría en el Comité Central, ¿Se siente respaldado por el partido o distanciado de algunos cuadros?
-Eso es de otros partidos, de lotes, de partidos de carácter burgués. En un partido revolucionario esa discusión jamás se da. Las votaciones son una cosa, las decisiones políticas de la dirección comunista son más complejas que en otras formas de tomar decisiones. Los votos de primera mayoría (Camila Vallejo) y de segunda mayoría no son lo más relevante. Uno podría creerse con mayor derecho a dirigir por haber sacado una mayoría, comparado con cuadros históricos como Teillier o Carmona. El Comité Central tiene 96 cuadros paritarios, donde hay actores públicos y actores sin imagen pública. Entonces usted no va a competir, en una elección universal, entre los que tienen un cargo público con los que no lo tienen.
-¿Existe presión interna por una renovación generacional en la directiva? Karol Cariola habló en CNN de abrirse a nuevas generaciones y paridad.
-El PCCH ya es un partido paritario. Si alguien está demandando paridad es porque no está al tanto de lo que ha acontecido en el PCCH. Y el partido nunca ha tenido problema ni con los distintos géneros, ni con la edad. Somos el primer partido que logró una bancada de diputados y diputadas con un 33% de mujeres menores de 30 años. No hay otro partido que abriera la puerta a las nuevas generaciones como comunista. Somos el primero que tuvo presidenta y secretaria general, mujer (Gladys Marín). Tenemos un cúmulo de compañeras lideresas, no sólo en el último tiempo, desde la lucha contra el voto censitario y por el universal, en la lucha por el divorcio, por la igualdad de los hijos, el acceso a la universidad, la igualdad salarial. Tuvimos una tremenda mujer presidenta de la CUT. Distinto es que no tengamos ese amor irracional por lo nuevo que plantea el neoliberalismo. Y el PCCH siempre ha valorado significativamente la experiencia de los cuadros mayores.
La figura de Vallejo
-¿Cómo ve a los ministros del Trabajo, Jeannette Jara, y de Educación, Nicolás Cataldo?
-Son personas completamente competentes, muy capaces, trabajadoras y muy aplicadas. Y están asumiendo las tareas más complejas que puede haber en el aparato del Estado. Por lo tanto, los miro con mucho respeto y con admiración por el rol que juegan a nombre del Partido Comunista.
-¿Y a Camila Vallejo? ¿Cree que es la mejor escudera de Boric del equipo original?
-Yo no ocupo estas caricaturas que inventan los medios para estigmatizar a determinada persona. Camila es una gran mujer, una gran profesional, una gran ministra y cumple el rol que en este sistema político le toca cumplir al cargo que ostenta y creo que lo hace de muy buena forma.
-¿Hay que cuidar su futuro?
-El futuro de Camila, pero por cierto. No tengo duda de que Camila, en algún minuto, va a llegar a ser una lideresa principalísima, no solo del partido sino que del país.
-¿Cuál es su reflexión frente a su aventura presidencial a la luz del tiempo?
-Déjeme decirle, con mucho respeto, que noto un dejo despectivo cuando usted dice su aventura presidencial, porque no fue ninguna aventura. Usted le tendría que preguntar a los miles de chilenos que durante más de dos años, cuando les consultaban quién quería que fuera presidente, ponían a Daniel Jadue. Esa decisión no la tomó el partido ni la tomé yo, sino que la impuso la gente de un sector determinado del país y creo que fue una muy buena experiencia.
-Llamémosla experiencia entonces.
-Tremenda experiencia, con mucho aprendizaje y que denota el protagonismo que el PCCH y los comunistas logramos tener a más de 40 años de la dictadura. Fue una candidatura que asumí con mucha responsabilidad, con el orgullo de ser designado por mi partido y orgulloso de que la gente haya instalado la idea de que yo pudiera ser una carta presidencial, cosa que nunca se me pasó por la cabeza en mi vida.
-¿Volverá a ser candidato presidencial o prefiere un cargo en el Congreso?
-Tengo más distancia de las tareas reflexivas que de las ejecutivas, pero no son decisiones que pueda tomar uno solo cuando se es parte de un colectivo hace 30 años. Esa discusión se dará en el minuto pertinente. Por lo tanto, será el pueblo de Chile el que defina quiénes son los liderazgos a los cuales va a seguir. Tomando esa consideración, el partido definirá dónde dispone a los cuadros que tiene para poder seguir corriendo los límites de lo posible, en un país que vive una involución conservadora dura. Soy un cuadro disponible para lo que el PCCH decida.
-¿Cuál es su evaluación de la marcha del gobierno del presidente Boric? ¿Está conforme?
-No se puede soslayar, al evaluar al gobierno, que hay una derecha absolutamente obstruccionista en el Congreso. Boric se ha empeñado en cumplir su programa, pero no tiene los votos suficientes en el Congreso. La derecha cambia de opinión todos los días, con odio. Un día quiere resolver cosas que cuestan plata, al otro se niega a discutir una reforma tributaria. Y engaña a la gente al decir que se podrían resolver los problemas con menos plata. En ese marco, el gobierno tiene logros. El aumento del salario mínimo, el plan de emergencia habitacional, la firma de Escazú, el copago cero en salud. ¿Quién negaría que subir las pensiones a $250.000 es bueno? Pero los votos no están. Con esta oposición va a ser bien poco lo que se logre avanzar. También tengo diferencias cómo en el TPP11, la militarización de La Araucanía.
-¿Si la derecha no acepta el programa, sin mayoría queda resignarse?
-No. Hay un cúmulo de cosas que se pueden hacer que no pasan por el Congreso y el Gobierno puede seguir corriendo el cerco de lo posible sólo con gestión, como se hizo el Plan de Búsqueda. Abaratar la vida de la gente no requiere necesariamente pasar por el Congreso. Las farmacias y ópticas populares del programa podrían realizarse sin cambios legislativos.
-¿Y reforzar la gestión es mejor que buscar un consenso?
-Depende. Cuando el consenso te saca del programa, hay que dedicarse a la gestión. Uno tiene dos opciones: respetar su programa y que den explicaciones los que se niegan o cambiar el programa para ver qué cosas se pueden aprobar, pero en la reforma tributaria la derecha decía que cinco era mucho, después que 4.2 era mucho, que 2.7 era mucho. Y hoy dicen que no quieren subir ningún impuesto. Con esta derecha es poco lo que se puede dialogar y lo están demostrando en la Convención Constitucional. El problema de la derecha es que no le gusta el consenso en el Parlamento. Le gustan los arreglines por fuera.
“A Marcel lo veo más débil”
-El socialismo democrático se sumó a un gobierno de Apruebo Dignidad y hoy aparece copando los principales espacios de poder. ¿Qué opina?
-Eso es un dato de la causa. Es más, me llamó mucho la atención un comentario que hizo Camilo Escalona, que dijo que ellos no eran parte del gobierno de Boric, ellos eran el gobierno de Boric. Me pareció arrogante, prepotente y fuera de foco, fuera del marco de una relación de una coalición de gobierno, pero nadie podría dudar que ellos hoy juegan un rol principal. El socialismo democrático es parte fundamental y un ancla dentro del gobierno. Y eso lo define el Presidente, porque toma conciencia de los obstáculos que tiene en el programa. Una de las cosas que se aprendió del gobierno de la Unidad Popular es que para hacer reformas uno necesita mayoría.
-¿Cómo ve a Mario Marcel en Hacienda y a Carolina Tohá en Interior?
-A Carolina Tohá la veo bastante bien, muy empoderada y avanzando sobre todo en los temas de seguridad, creo que ha tenido un éxito rotundo. A Mario Marcel lo veo más débil, porque el Presidente lo puso ahí porque era el que más iba a poder dialogar con la derecha. Pero le han dado portazo tras portazo, debe estar muy aproblemado Marcel. Se suponía que era el ministro que tendía los puentes y sus puentes están… (No termina la frase)
-¿Cree que resulte el pacto fiscal y la reforma de pensiones?
-Deseo y espero que resulte y que la derecha se allane a estos acuerdos, que se le permita a la gente volver al IPS. La derecha está borracha de poder viviendo un supuesto minuto de gloria, porque creen que el 62% del 4 de septiembre es de ellos y que ese porcentaje que eligió a los republicanos, ideológicamente, es de ellos. Se equivocan.
El caso fundaciones
-¿Cuál es su análisis y cuánto afectó al gobierno el caso Fundaciones?
-Hay que llevar a la cárcel a cualquiera que se haya llevado un peso para la casa. Y habrá que hacer los cambios legales necesarios. Ahora, esto es un tema histórico. Hay fundaciones mucho más cuestionadas que Democracia Viva. Solo le voy a recordar a la derecha Cema Chile, para que tengan un poco de humildad y consistencia en la crítica. Y es injusto hablar de “caso fundaciones”, un conjunto de estas hacen una tarea notable. ¿Alguien tiene algo que decir de la Fundación Arturo López Pérez o contra la Fundación Techo para Chile? La derecha logró inmovilizar un par de semanas al Gobierno. Tras la salida del ministro Jackson, el Gobierno retomó la agenda y ha dejado que la derecha se ponga más a la derecha que la más tradicional y moderna. Uno empieza a echar de menos a los liderazgos más dialogantes que la derecha tuvo en otros tiempos.
-¿A quién echa de menos de la derecha dura?
-No. Déjeme decirle que no he hecho de menos a nadie (ríe), pero uno puede pensar, por ejemplo, en Mario Desbordes, un liderazgo de derecha muy dialogante. Incluso, Pablo Longueira o Joaquín Lavín son liderazgos de gestos, acuerdos, gente que no está llena de odio. Uno puede tener todas las diferencias del mundo con ellos, pero no traspasan determinados límites. A ninguno de ellos los vaa a ver prejuzgando, tratando de destruir la honra de personas. Tenemos diferencias. Fueron, desde mi perspectiva, cómplices de una dictadura feroz, pero en los últimos años mostraron una disposición al diálogo político y que hoy se ve poco. Uno nunca podrá aceptar cosas que Pablo Longueira hizo cuando estaba en el Ministerio con la Ley de Pesca, pero dialogaba.
-¿Qué explicación tiene para el avance de republicanos?
-Yo soy muy autocrítico. Para mí hay un conjunto de variables en el avance de la extrema derecha, desde el desfondamiento del centro. La centroizquierda como la centroderecha han gobernado 30 años y no han resuelto ningún problema de la sociedad. Entonces la gente empieza a mirar, en ambos lados, posiciones que son más contestatarias. Cuando no hay una izquierda fuerte y hay una derecha que parece contestataria, pegando combos, la gente se identifica con ellos. El grave error de los republicanos es que creen que la gente es conservadora, pero lo que la gente ve es que ellos logran identificarse con la rabia contenida y con la indignación. La ciudadanía está indignada y por eso fluctúa, en este escenario líquido, de una posición a otra, buscando lo más contestatario. Es un refugio para su indignación.
-¿Para el oficialismo es posible vencer a republicanos en los próximos comicios?
-Absolutamente. Soy el alcalde de Recoleta, donde viven chilenos como en el resto del país, pero acá el 65% votamos por comunistas y tenemos 2/3 del Consejo Municipal. Acá hay un trabajo de base y un Partido Comunista que está disputando el sentido común todos los días, no sobreinstitucionalizado, sino acompañando a la gente en su vida cotidiana. Soy muy autocrítico. La ultraderecha avanza porque la izquierda no hace su pega y se alejó del pueblo. Porque la izquierda no se une, porque está muy permeada por el neoliberalismo. La izquierda, con este discurso de la autonomía de los movimientos sociales, elaboró un discurso antipolítica que desmovilizó a los de izquierda que son antipartidos. Muchos de los que hoy están en La Moneda, hace 20 años eran antipartidos. Y tuvieron que formar partido y meterse a la institucionalidad para llegar al gobierno. La izquierda tiene que vivir un proceso de maduración y reconectar con el pueblo, con la vida cotidiana de la gente a la que dice representar. Tenemos que preocuparnos de que la izquierda haga su pega.
-¿A la izquierda le falta reconectar con el pueblo, el electorado y disputar el sentido común?
-Cuando la ultraderecha avanza es porque la izquierda no hace su pega, le falta reconectar con la ciudadanía, se desconectó del pueblo y debe disputar el sentido común. La izquierda está disfrutando de los beneficios de ser parte del Estado y se ha alejado del pueblo al cual dice representar.
“El Gobierno de Boric no ha estado a la altura de los 50 años”
-¿La conmemoración del Gobierno por los 50 años del golpe le parece que cumple el estándar del legado de Allende?
-Creo que no. El Gobierno cometió un error garrafal, primero, en poner a cargo de esto a una persona que sencillamente relativizó el golpe de Estado y sus consecuencias. Nadie que pudiera estar a cargo de esta conmemoración podría repetir ni en broma que el apoyo al golpe es opinable. El Gobierno del Presidente Boric no ha estado a la altura de los 50 años. No sé si alguien podría haberlo estado. Es muy complejo porque, además, hay deudas en verdad, justicia, reparación, memoria, de un compromiso. Cuando se llega a los 50 años del golpe con tantas deudas no hay nadie que pueda ponerse a la altura de lo que no se ha hecho. Hubo innumerables errores del Gobierno, nunca conocimos un plan, no hubo un plan a tiempo, se actuó tardíamente. Nosotros en Recoleta en septiembre del año pasado estábamos preparando los 50 años con delegados internacionales de más de 50 países.
-¿Cuál es el legado de Allende que se va a conmemorar?
-La convicción más profunda de la democracia, que no la compartió en su período ningún otro actor más que el Partido Comunista. Allende era un demócrata. Segundo, su amor infinito por el pueblo. Tercero, las mejores políticas públicas que la historia de Chile recuerda. ¿Ve el edificio que está ahí? Esas son las viviendas sociales que construía Allende, de 80 metros cuadrados, nunca la hemos tenido que cubrir de nylon, ni demoler por estar mal construidas. Y construyó 139 mil en mil días y cerca de 200 mil dejó en construcción. El medio litro de leche, la apertura de la universidad a los hijos de la clase trabajadora, la política cultural que mantuvo. Nunca los sectores populares tuvieron más acceso a la cultura que en época de Allende, para qué decir el acceso a la salud, para qué decir las cifras económicas. El desempleo más bajo y la producción más alta también en su primer año. Y la capacidad adquisitiva de los sectores populares. Si el gobierno de Allende hubiera sido tan malo, no habría sido necesario hacerle un golpe. Habría perdido la elección siguiente.
-¿Qué diría Allende como demócrata de la situación en Cuba, Nicaragua o Venezuela?
-No soy quién para ponerme en la mente imposible de dimensionar de Allende. Lo que sí le podría decir es que estaría en contra del bloqueo, de la intervención, que nunca hubiera aceptado el robo a mano armada que le han hecho a los procesos que han tratado de salirse del neoliberalismo de los norteamericanos y que seguramente no estaría apoyando sanciones a ningún pueblo.
-¿Y qué le parece que el Museo de la Solidaridad Salvador Allende traiga a Tania Bruguera?
–Es una traición a Allende. Porque cuando uno ve los postulados, lo que ella escribe en su blog, lo que escriben los que la apoyan y la relación privilegiada que ella tiene con el gobierno norteamericano en su intervención contra Cuba, en el bloqueo, llama la atención que el Museo de la Solidaridad Salvador Allende traiga un aliado incondicional de quien asesinó a Allende. Traer un aliado incondicional de quien asesinó a Allende legítima lo que le hicieron. Yo no lo podría tolerar.
“La donación llega un año y medio después de la licitación. Y se hace a través de la Ley de Donaciones”
-Usted y Recoleta están siendo investigados a partir de una donación de $50 millones de Itelecom a la Corporación Cultural para financiar el Festival Womad. La donación ocurrió mientras Itelecom y Recoleta comenzaban una licitación. ¿Cómo lo explica?
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-Eso no es efectivo, esa información no es correcta. La donación llega un año y medio después de eso y se hace a través de la Ley de Donaciones Culturales, que está hecha para tal efecto. Un diario ha tratado de relacionarla con otra cosa para generar un montaje, que es algo completamente diferente. La ley de donaciones culturales se ha hecho para que las empresas que operan en los territorios colaboren con los territorios. Y esa donación está hecha con todos los mecanismos legales que existen. De hecho, esa investigación lleva más de dos años y nunca he sido ni siquiera requerido para declarar. Y varios de los que están involucrados, asesores de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, y otros personajes de la UDI, alcaldes de la UDI, están en prisión preventiva y formalizados. Y los juicios están llegando a su fin. Nunca he tenido que ni siquiera responder. Y quisiera recordar que, a diferencia de la derecha, que votó en contra del levantamiento del secreto bancario, mi secreto bancario y mis cuentas de correo electrónico, tanto institucionales como personales, fueron abiertas desde el primer día que empezó la investigación, un 4 de enero de 2021, cuando yo era precandidato presidencial.
-También hay otra investigación, a partir de declaraciones del comisionista César Ramírez, de Best Quality, proveedor de la Asociación Chilena de Farmacias Populares (Achifarp) sobre una donación de cerca de 20 millones en insumos médicos a su Partido. ¿Cuál es la estrategia de defensa?
-Lo primero que debo decir es que esa es una investigación también larga. Y esta acusación surge después de que a las personas que le vendieron a Achifarp, no se les pudo pagar por la quiebra que ellos mismos pidieron de Achifarp. Por lo tanto, esta acusación es un invento y un montaje, que tiene que ver con generar daño a una institución compuesta por más de 90 municipios, que no logró responder en tiempos de pandemia a una compra con un sobreprecio tremendamente abultado. Alguien que se quería hacer millonario en pandemia con el dolor de la gente. Y además, nunca quiso negociar, y están las pruebas de todas las posibilidades de pago que le ofrecimos.
-¿Cuál sería la motivación de Best Quality para eso?
-Su intención era liquidar al Achifarp y dañar al presidente de su directorio, que soy yo. Esa donación nunca existió. Yo nunca conversé con ellos, no los conozco. Las fotos que hay son fotos de gente, como pasa muy a menudo, que llega a la Municipalidad a pedir fotos conmigo, y en esa época yo era precandidato presidencial. Entraron un segundo a la foto y ha sido completamente mal utilizada, y es con el mismo medio que lleva esta campaña de desinformación. Pero tampoco he sido llamado a declarar siquiera.
-¿Y en relación a las escuchas telefónicas donde lo mencionaría Ramírez?
– Mire, no he tomado conocimiento de ninguna escucha telefónica. Las que hay no me comprometen a mí, no son mías en particular. Y no tengo información al respecto, porque además son carpetas que fueron secretas durante todo el tiempo de la investigación. Creo que esto tiene un móvil completamente distinto, que la gente ya lo percibe. Lo vimos hace poco. Yo, según ese diario, ya estaba formalizado y sentado en el banquillo de los acusados, y nada de aquello ha acontecido.
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