El 10 de diciembre de 1945, en Estocolmo, Suecia, Lucila Godoy Alcayaga, conocida como Gabriela Mistral, destacada poetisa chilena, recibió el Premio Nobel de Literatura. / Fue el reconocimiento eterno a su magistral obra de la escritora chilena. Ella supo del otorgamiento del Nobel mientras trabajaba en la ciudad brasileña de Petrópolis, donde era Cónsul de Chile. La verdad es que desde principios de los cuarenta se planteaba en círculos literarios que ella podía obtener ese reconocimiento, dada la obra que había desarrollado. Tenía el respaldo de colectivos literarios de muchos países, de prensa especializada y de expertos literarios.
La ceremonia donde Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura se efectuó el 10 de diciembre a las 17:00 horas en el “Konserthuset” (Palacio de la Filarmónica) de Estocolmo. Asistieron más de tres mil invitados, entre los que se contaban los miembros de la familia real, el cuerpo diplomático, el primer ministro sueco, entre otras personalidades. La entrega del premio la hizo el Rey Gustavo V. Gabriela Mistral fue la primera mujer latinoamericana que obtuvo ese Premio Nobel.
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Gabriel Mistral fue profesora, trabajó en varias escuelas públicas, y destacó su aporte a la educación en México, sobre todo hacia niñas y niños indígenas y pobres
En 1951 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura de Chile.
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, conocido como Pablo Neruda, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971, estableciendo así que dos autores chilenos recibieran esa galardón internacional.
Pablo Neruda viajó a Estocolmo a recibirlo el 10 de diciembre de 1971. En sus Memorias el poeta recuerda: “El anciano monarca nos daba la mano a cada uno; nos entregaba el diploma, la medalla y el cheque… Se dice que el rey estuvo más tiempo conmigo que con los otros laureados, que me apretó la mano con evidente simpatía. Tal vez haya sido una reminiscencia de la antigua gentileza palaciega hacia los juglares”.
La noticia del premio, Neruda la recibió el 21 de octubre de 1971, mientras se desempeñaba como embajador en Francia, representando al Gobierno del Presidente Salvador Allende.
En parte de su discurso, el destacado escritor chileno, cuya obra es reconocida mundialmente, expresó: “A menudo expresé que el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero más próximo, que no se cree dios. El cumple su majestuosa y humilde faena de amasar, meter al horno, dorar y entregar el pan de cada día, con una obligación comunitaria. Y si el poeta llega a alcanzar esa sencilla conciencia, podrá también la sencilla conciencia convertirse en parte de una colosal artesanía, de una construcción simple o complicada, que es la construcción de la sociedad, la transformación de las condiciones que rodean al hombre, la entrega de la mercadería: pan, verdad, vino, sueños”.
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