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| SEBASTIÁN SICHEL FOTO ATON |
Hoy 13 de octubre de 2021, hemos amanecido con un cuadro político lleno de conjeturas. El periodista Daniel Matamala, dio a conocer anoche una documentada e irrebatible investigación que involucra al candidato presidencial Sebastián Sichel en el financiamiento ilegal de su candidatura a diputado el año 2009, cuando aún llevaba el apellido de su padrastro: Iglesias y militaba en las filas del Partido Demócrata Cristiano.Por Miguel Lawner
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| MIGUEL LAWNER |
el reportaje de Matamala, trajo consigo la inmediata renuncia de Cristóbal Acevedo, quién lo acompañó en su campaña del 2009 y que había asumido recientemente como coordinador de su campaña presidencial.
Mi impresión es que ha sido la propia democracia cristiana la que deslizó esta información, como fórmula para asestarle un golpe final al ya disminuido apoyo popular de Sichel y fortalecer la opción de Yasna Provoste para su paso a la segunda vuelta, y así tener una opción más segura de derrotar a Boric, por vía de replicar la fórmula de instigar el miedo, como la utilizaron en las primarias Jadue-Boric.
Por otra parte, hemos amanecido con un estado de excepción dictado por Piñera para las provincias del sur, permitiendo el ingreso de las fuerzas armadas a las regiones amagadas por actos de violencia de dudosa autoría.
Un baño de sangre en el Sur, desatado con mucha probabilidad por la participación de las fuerzas armadas en acciones de seguridad, puede justificar cualquier acción destinada a frustrar el futuro de la Convención Constituyente, que se encamina, sin lugar a dudas, a construir un texto constitucional poniendo fin al fanático modelo neoliberal vigente en Chile durante casi 50 años y acabar con la corrupción vigente, tanto en las fuerzas armadas como en el escenario político y empresarial.
Es necesario y urgente, cohesionar la unidad de las fuerzas políticas y sociales auténticamente democráticas de nuestro país. Deponer cualquier tentativa de erosionar nuestra unidad, fortaleciendo la candidatura de Gabriel Boric y del conjunto de las fuerzas de izquierda en las próximas elecciones parlamentarias y municipales.
Vivimos horas de inquietud, pero también de legítima esperanza.
