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jeudi 23 mars 2023

EL 'GOBIERNO INFORMA' (Y LOS DETRACTORES CORREN EN CÍRCULOS)

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PANTALLAZO DE GOBIERNO INFORMA
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El programa de Youtube del gobierno, que busca difundir las políticas públicas, generó resquemor en columnistas, editoriales y dueños de medios de comunicación. Pero, cuando abunda la publicidad encubierta en medios, en ocasiones a páginas completas, los medios no parecen tan escandalizados.

Marcos Ortiz F., director de Ojo del Medio (@ojodelmedio)

Corría el año 2020 y religiosamente el diario La Cuarta publicaba todas las semanas a página completa una sección titulada “Con más cuerda que nunca”. Con la misma tipografía y diseño del resto del periódico, cada domingo era posible leer una nota en la que se incluían declaraciones de la primera dama Cecilia Morel, el ministro de Justicia Hernán Larraín, la ministra del Trabajo María José Zaldívar o la titular de Previsión Social Karla Rubilar.

Así como los domingos eran dedicados al adulto mayor, todos los lunes era posible leer una página completa que destacaba los programas del ministerio del Deporte, encabezado en ese entonces por Cecilia Pérez. La modalidad era la misma: una página completa a color diseñada como todas las demás sin que en ninguna parte se le advirtiera al lector que se trataba de un convenio con el Gobierno.

Como era de esperar, la primera emisión no pasó inadvertida y rápidamente se convirtió en blanco de críticas de diarios, periodistas y columnistas varios. Uno de los primeros en atacar Gobierno Informa fue Tomás Mosciatti.

Viene a la memoria esta publicidad estatal encubierta luego de que la administración de Gabriel Boric lanzara hace una semana Gobierno Informa, una transmisión vía YouTube de 40 minutos de duración en la que ministros y subsecretarios dan a conocer avances en sus respectivas áreas. Sentados tras un mesón y con un micrófono inalámbrico en mano, en su primera edición la titular de Interior Carolina Tohá ofició de anfitriona acompañada por los tres subsecretarios de la cartera.

Como era de esperar, la primera emisión no pasó inadvertida y rápidamente se convirtió en blanco de críticas de diarios, periodistas y columnistas varios. Uno de los primeros en atacar Gobierno Informa fue Tomás Mosciatti, quien en su columna semanal en Bío Bío aseguró que las preguntas respondidas por las autoridades provenían de “periodistas empleados del Gobierno, periodistas obvio que no ejercen su profesión, que no ejercen en el periodismo”.

Las aseveraciones de Mosciatti fueron prontamente desmentidas: los periodistas que formularon las preguntas ese día trabajan para El Mercurio, Diario Financiero, Tele 13 y el diario magallánico El Pingüino, todos medios cuyas líneas editoriales distan bastante de quienes dirigen desde hace un año la Segegob. La pregunta formulada por la periodista mercurial Sofía del Río, de hecho, se convirtió en el titular de portada de su medio al día siguiente: “Gobierno descarta un ‘perdonazo’ por 20 mil expulsiones pendientes y admite dificultad en la relación con Venezuela”. En otras palabras, el comité editorial del diario consideró que la noticia más relevante del día había surgido precisamente de esta transmisión gubernamental.

Tras la falsedad de Mosciatti, las críticas continuaron con una columna firmada en El Mercurio por sendos académicos de la Universidad de Los Andes, quienes señalaron que el programa del gobierno era “legalmente dudoso”, “políticamente inconveniente” y “probablemente inútil”. En el segundo párrafo argumentaron que la idea “parece más propia de regímenes autoritarios o populistas”, instalando una narrativa que luego sería recogida por otras voces.

Al día siguiente, el columnista de La Tercera Gonzalo Cordero, señaló que a través de Gobierno Informa La Moneda se estaba victimizando para justificar el control de la prensa, siguiendo los pasos iniciados alguna vez Hugo Chávez y su ya famoso Aló Presidente, nombre con el que el consejero de Libertad y Desarrollo tituló su texto.

¿Existen argumentos de peso entonces para cuestionar Gobierno Informa? ¿Tiene algún nivel de legitimidad la actual oposición para criticar una transmisión de YouTube que no dista mucho del “matinal” que el ministro Enrique Paris comandaba para explicar los avances de la pandemia?

Pocos días después, El Mercurio dedicó su editorial al programa aterrizando rápidamente en su tema fetiche: las dictaduras de izquierda. Algunas páginas más adelante, el periódico publicó un “debate” entre “analistas”. Entre las voces escogidas figuraban una académica de la PUC –quien también es consejera de Libertad y Desarrollo– y dos académicos de la Universidad de Los Andes (uno de los cuales ya había firmado la columna que deslizó las primeras críticas). La única voz disonante en el artículo correspondía a Juan Carvajal, otrora director de la Secom durante el primer mandato de Michelle Bachelet y quien en 2008 editó Chile Contigo, un impreso que resaltaba los logros del gobierno y que más de alguno recuerda como El Carvajalino.

¿Qué ocurrió entonces? Básicamente lo mismo que hoy, 15 años más tarde. La publicación despertó un fuerte debate y parlamentarios de derecha le pidieron a Contraloría que determinara la legalidad del “medio” de Bachelet. “Tenemos la convicción que la creación de este periódico es un acto ilegal. No hay norma alguna en la ley orgánica del ministerio que le permita crear sus propios medios de comunicación”, señaló el senador RN José García, ante lo que el vocero Francisco Vidal retrucó “¿Cómo pueden asustarse por un boletín de 200 mil ejemplares y de 12 hojas?”. Un año más tarde, en enero de 2009, Contraloría le daría la razón a Carvajal y compañía: “Mediante la aludida publicación, ese ministerio ha dado cumplimiento a su función de actuar como órgano de comunicación del Gobierno”. Caso cerrado.

¿Existen argumentos de peso entonces para cuestionar Gobierno Informa? ¿Tiene algún nivel de legitimidad la actual oposición para criticar una transmisión de YouTube que no dista mucho del “matinal” que el ministro Enrique Paris comandaba para explicar los avances de la pandemia? ¿A qué le temen realmente los medios tradicionales?

En abril de 2011, en su primera administración, el gobierno de Sebastián Piñera implementó una millonaria campaña titulada Chile Cumple, la que incluyó, entre otras cosas, la publicación de un boletín. Su difusión, por cierto, no despertó ninguna crítica. En su segundo mandato, como recordamos al inicio de esta columna, el aparato comunicacional piñerista desplegó campañas que derechamente infringen los lineamientos básicos de cualquier medio de comunicación al no explicitar con claridad si se trataba de información redactada por periodistas del diario o de publirreportajes escritos y pagados desde La Moneda.

Hay que entender que las críticas que por estos días asoman provienen de muchos actores que hasta hace pocos meses cuestionaban que se imprimieran copias de la propuesta de nueva Constitución para que la ciudadanía votara informada.

¿Existe realmente el temor a que los ministros de Boric bypasseen a los medios establecidos y ocupen Gobierno Informa como su único canal de comunicación? Al ver la cantidad de secretarios de Estado entrevistados a diario en los principales medios nacionales –incluidos los más conservadores– cuesta creer que estas aprensiones sean válidas. ¿Se trata realmente de “simple propaganda”, como cuestionó el rector Carlos Peña? Algo puede haber de eso, qué duda cabe, pero la inclusión de periodistas haciendo preguntas en directo y sin pautas previas dota de mayor legitimidad a la iniciativa. ¿Estamos en presencia de un programa “legalmente dudoso” como advirtieron sus detractores? La Contraloría parece haber resuelto esta duda hace más de una década.

Quizás el cuestionamiento más importante dice relación con la eficacia de una iniciativa de este tipo y esa es una pregunta que la Segegob deberá hacerse tras cada emisión. Las dudas sobre la credibilidad que un producto de este tipo puede tener entre la ciudadanía son igualmente válidas, pero es un tipo de reflexión al que también deben someterse los medios de comunicación, severamente castigados en ese ítem en los últimos años.

Hay que entender que las críticas que por estos días asoman provienen de muchos actores que hasta hace pocos meses cuestionaban que se imprimieran copias de la propuesta de nueva Constitución para que la ciudadanía votara informada. Gobierno Informa es un espacio de difusión de ideas y logros gubernamentales tan válido como el que a menudo paga el gobierno chino para ser publicado en las páginas de El Mercurio o La Tercera promoviendo los avances de Beijing.

A una semana del debut de Gobierno Informa lo más irónico del caso es que hasta el momento los únicos que han mentido, exagerado u ocultado información relevante respecto de iniciativas similares anteriores han sido precisamente sus detractores.


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