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[Jueves de medios] / Esa incómoda juventud / Lo que El Mercurio parece aplaudir en el caso de emprendedores y empresarios, lo critica en el caso de las autoridades del gobierno de Boric. La juventud y la "falta de experiencia" fueron uno de los focos del balance del primer año de gobierno en el diario de la élite chilena.
Marcos Ortiz F., director de Ojo del Medio (@ojodelmedio)
Como era de esperar, este año un factor preponderante en estos análisis dijo relación con la edad del mandatario y su círculo más cercano. En uno de los balances más críticos, por ejemplo, El Mercurio señaló que el proyecto político que llevó a Boric al poder estaba “deshecho” y que “demostró ser inviable”. ¿Quiénes estaban detrás de estos tópicos y demandas “afiebradas”? “Unos jóvenes exdirigentes estudiantiles (que) pensaban (que) se materializarían inexorablemente por el solo hecho de desearlas”. El factor generacional, ausente en la mayoría de los análisis de los últimos 30 años, era esta vez clave para entender al actual gobierno.
¿Por qué el factor generacional asoma como un elemento tan sustantivo en las críticas al actual gobierno por parte de los sectores conservadores, entre ellos la prensa tradicional?
A lo largo de los últimos años, una serie de liderazgos políticos han sido analizados por los rasgos que más los distinguen de sus antecesores. Así, el gobierno de Michelle Bachelet fue caracterizado por su condición de mujer, mientras que el paso de Elisa Loncon a la cabeza de la Convención Constitucional estuvo marcado por sus orígenes mapuches. Es indudable, por cierto, que ambas llegaron a sus cargos en parte precisamente por estar características. Lo mismo podría decirse de Boric, quien en segunda vuelta movilizó a una importante cantidad de votación joven que terminó dándole el triunfo.
Pero, ¿por qué el factor generacional asoma como un elemento tan sustantivo en las críticas al actual gobierno por parte de los sectores conservadores, entre ellos la prensa tradicional? ¿Se debe únicamente a la menor experiencia de estos liderazgos o existe algo más allá que hace que estos sectores desconfíen a priori de figuras sub-40?
El factor de la experiencia –o falta de ella– en cargos del sector público no parece ser el factor fundamental. Los gobiernos de Sebastián Piñera, por ejemplo, incluyeron a una serie de ministros que jamás habían puesto un pie en el aparato estatal, a diferencia de la generación de Boric, Vallejo y Jackson, quienes suman ya casi una década en cargos públicos.
¿Será, por lo tanto, la brecha generacional entre directores, editores y columnistas de medios y quienes hoy ostentan el poder político lo que genera los mayores roces? Más allá de sus desempeños individuales como ministros, la prensa parece más cómoda interactuando con Mario Marcel (63) y Carolina Tohá (57) que con quienes todavía no alcanzan las cuatro décadas.
La distancia que estos medios tienen con las generaciones jóvenes son avenidas que corren en ambos sentidos. De la misma manera en que parte de la prensa tradicional tiene dificultades para confiar y entender a los jóvenes, estos parecen tienen las mismas insalvables diferencias con medios que no hablan su mismo idioma, no comparten sus mismos intereses ni parecen habitar un mismo territorio. De esta manera, tal como la exigua presencia de voces femeninas se disfraza una vez al año en las cartas al director de la edición del 8 de Marzo, la menguada presencia de figuras jóvenes se disimula con la elección –una vez al año– de los 100 jóvenes líderes.
En el caso de actual gobierno, los innumerables cambios de opinión ocurridos a lo largo de los últimos 12 meses han sido constantemente interpretados como “volteretas” más que como procesos de adaptación entre el Chile de marzo de 2022 (en plena Convención) y el de hoy.
La realidad, sin embargo, no es tan sencilla. Los niveles de desconfianza que existen con políticos jóvenes desaparecen por completo cuando, por ejemplo, una startup es dirigida por un novel emprendedor. En esos casos –y esto lo vemos a diario en entrevistas y perfiles– la juventud no es percibida como sinónimo de inexperiencia, sino que como un activo fundamental y que explica precisamente su éxito. Son estas nuevas generaciones, nos dicen los medios, quienes mejor entienden el mundo de hoy, interactúan de manera orgánica con las nuevas tecnologías y tienen una capacidad para adaptarse a los cambios mayor que quienes ya pintan canas.
En el caso de actual gobierno, los innumerables cambios de opinión ocurridos a lo largo de los últimos 12 meses han sido constantemente interpretados como “volteretas” más que como procesos de adaptación entre el Chile de marzo de 2022 (en plena Convención) y el de hoy, con una agenda de seguridad disparada entre las preferencias ciudadanas. En otras palabras, estos cambios de mirada –todos los cuales favorecen las posturas de los sectores más conservadores– son analizados en los medios como procesos de maduración forzada de estos otrora afiebrados “jóvenes exdirigentes estudiantiles”, más que como hábiles muestras de adaptación ante escenarios cambiantes y que son fruto precisamente de la juventud de sus protagonistas.
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| 2 DE DICIEMBRE, 1972| DISCURSO EN LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, MÉXICO. |
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En su célebre discurso de diciembre de 1972 en la Universidad de Guadalajara, Salvador Allende señaló que “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”. Hoy, 50 años más tarde, para cierta prensa conservadora ser joven y haber tenido ideas transformadoras en algún momento parece ser más bien un pecado capital.
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| CANDIDATA A CONSEJERA CONSTITUCIONAL POR LA REGIÓN METROPOLITANA |
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