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jeudi 2 février 2023

TENEMOS QUE HABLAR DE MEDIOS

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ILUSTRACIÓN EL  OJO DEL MEDIO
Hace unos días se publicó un esperado informe sobre medios en que trabajaron varias universidades y actores de la industria. Enfocado en dar recomendaciones para mejorar las condiciones del ejercicio de la libertad de expresión, el documento fue duramente criticado por El Mercurio y la Asociación Nacional de la Prensa, automarginados del proceso y temerosos de una nueva regulación medial.  [¡La derecha mediática se pone el parche antes de la herida! ]
Reseña / Estas recomendaciones se entregan con la responsabilidad de proyectar mejoras en las condiciones del ejercicio de la libertad de expresión en nuestro país. Como universidades públicas, esperamos cumplir con aportar a que el campo de la comunicación y la libertad de expresión se configuren como un proceso de convivencia democrática. Para eso nos parece necesario construir 11 un ecosistema informativo respetuoso de los derechos humanos de todos los habitantes del territorio.
PORTADA DEL INFORME
«MÁS AMPLITUD, MÁS VOCES,
MÁS DEMOCRACIA»

Luego de más de cuatro meses de debate entre una serie de actores relacionados con la industria de los medios en Chile, finalmente el pasado 20 de enero vio la luz el informe “Más amplitud, más voces, más democracia: aportes para las comunicaciones del Chile que viene”. Elaborado por académicos de la Universidad de Chile, Universidad de La Serena y Universidad de la Frontera, el documento incluyó en sus 80 páginas un total de 37 propuestas tendientes a “proyectar mejoras en las condiciones del ejercicio de la libertad de expresión” y a “aportar a que el campo de la comunicación y la libertad de expresión se configuren como un proceso de convivencia democrática”.

Pese a la expectativa creada durante la segunda mitad de 2022 –diarios como La Tercera hablaron dela agenda de medios de Camila Vallejo”– la entrega del informe tardó más de una semana en generar las primeras reacciones. El primero en salir a criticar el texto fue el presidente de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) Juan Jaime Díaz, quien en una columna en El Mercurio se refirió a una “preocupante perspectiva gubernamental” destinada a “servir como marco teórico para nuevas regulaciones en el funcionamiento de los medios”.

PANTALLAZO EL  OJO DEL MEDIO

El Mercurio, diario en el que Díaz se ha desempeñado por décadas, apoyó la postura crítica de la ANP y dedicó su editorial del día siguiente al tema. “Los autores confunden el sentido de las comunicaciones estatales, considerándolas una suerte de subvención a los medios”, señaló el texto. Pocos días después, también en las páginas editoriales de El Mercurio, Carlos Peña cuestionó lo que consideró un “mal informe” y señaló que las universidades carecen de “cualquier ventaja epistémica a la hora de decir cómo debe ser organizado el sistema de medios”.

PANTALLAZO EL  OJO DEL MEDIO

SINDICATO PATRONAL DE EMPRESAS
EDITORAS DE DIARIOS Y REVISTAS
-MEDIOS ESCRITOS- DE CHILE.
 

Participantes del proyecto explican que en todo momento se optó por omitir cualquier referencia a las líneas editoriales de los medios y se privilegió que el resultado “tuviera viabilidad política, que pudiera materializarse”.

Pero, ¿hay tantas razones para criticar el famoso informe? ¿Cuán sola o acompañada esta la ANP en su decisión de automarginarse del proceso? ¿Se trata efectivamente como plantea El Mercurio un proyecto del gobierno al que las universidades deberían haber llegado vía licitación?

PÁGINAS DE « LA SEGUNDA »,
DEL 31 DE ENERO 2023,
FOTOS EL OJO DEL MEDIO

Una de las primeras voces en salir a explicar el contenido del texto fue la doctora en Comunicación Ana María Castillo, quien en dos páginas de La Segunda defendió el informe. “Debe haber pluralismo, diversidad, y que la mayor cantidad de personas posibles debe verse representadas en las noticias que son de interés nacional. La delimitación conceptual es para que todos estemos hablando de lo mismo cuando hablamos de libertad de expresión”, señaló la académica de la Universidad de Chile. Castillo aclaró también el origen del informe, el que fue propuesto originalmente por dicha universidad al gobierno.

Este último punto lo confirma también Dino Pancani, colega de Castillo en la Universidad de Chile, en una columna publicada por The Clinic. En ella, Pancani rectifica “una serie de argumentos imprecisos y/o incorrectos” emanados desde la ANP, recalca que el Estado solo participó como facilitador logístico y subraya la diversidad de voces que se hicieron parte de la discusión.

Como se lee en las páginas finales del documento, en las entrevistas participaron no menos de cinco premios nacionales de periodismo (María Olivia Mönckeberg, Faride Zerán, Ascanio Cavallo, Abraham Santibáñez y Mónica González), junto con representantes de los radiodifusores reunidos en ARCHI, los canales de televisión agrupados en ANATEL y los canales regionales (ARCATEL). También hubo representación de autoridades de facultades de la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Alberto Hurtado, la Universidad de Santiago, la Universidad Católica del Norte y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, todo en un ambiente “de muy buena fe”, como confirma uno de los organizadores.

EDITORIAL DIARIO «EL MERCURIO»,
DEL 24 DE NOVIEMBRE 2022
FOTO EL OJO DEL MEDIO

A la luz de estos antecedentes, la postura aislacionista de la ANP parece del todo minoritaria y quizás algo apresurada. ¿Se habrían marginado del proceso de haber conocido el equilibrado tenor de la propuesta final? Participantes del proyecto explican que en todo momento se optó por omitir cualquier referencia a las líneas editoriales de los medios y se privilegió que el resultado “tuviera viabilidad política, que pudiera materializarse”. No se justifican en ese sentido los infundados temores expresados por El Mercurio en noviembre, cuando en un editorial afirmaron que algunos de los académicos involucrados tenían “un claro sesgo ideológico en contra de los medios tradicionales”.

Revisando el detalle de las propuestas, hay varias que benefician a la prensa tradicional escrita. El hecho de que el 90% del avisaje estatal tenga que estar dirigido a empresas que tributen en Chile, por ejemplo, limita enormemente la posibilidad de que estos fondos terminen en manos de Google o Facebook. Los medios más pequeños también tienen motivos para apoyar propuestas como las ayudas a aquellos que facturen menos de cinco millones de pesos, lo que incluiría a la gran mayoría de medios locales.

No se justifican en ese sentido los infundados temores expresados por El Mercurio en noviembre, cuando en un editorial afirmaron que algunos de los académicos involucrados tenían “un claro sesgo ideológico en contra de los medios tradicionales”.

En suma, el documento no solo nos invita a retomar la discusión sobre el rol de los medios de comunicación en nuestro país –un tema del que se habla mucho menos de lo que se debería– sino que además lo hace sobre la base de una serie de propuestas sensatas, dialogadas, basadas en las recomendaciones internacionales, pero elaboradas luego de haberlas conversado con actores diversos y representativos del sistema de medios chileno.

Llama la atención, por lo tanto, el silencio que ha guardado el gobierno tras la entrega del informe. La peor derrota para el documento sería que quede olvidado en las estanterías de la Segegob y no se convierta en un insumo para la discusión de nuevas políticas públicas (se calcula que 26 de las 37 recomendaciones dependerían de la voluntad política del gobierno).

En este sentido las críticas de El Mercurio y la ANP se han convertido en claves para atizar un debate que resulta necesario y urgente. Es menester ahora que más actores –medios locales, académicos, el mundo de la publicidad, agrupaciones comunitarias– se sumen a la discusión y opinen sobre una serie de propuestas que dotarán de mayor normalidad a un sistema profundamente desequilibrado en muchos aspectos. Un puñado de universidades (aunque a Carlos Peña no le parezca) ya inició el camino de manera rigurosa y desinteresada. Ahora es momento de que los demás nos sumemos. Tenemos que hablar de medios.